martes, 18 de noviembre de 2014

Si tú supieras (Lotería de Navidad 2014, II)

La campaña de la Lotería de Navidad avanza.
Tras el bar de Antonio, donde El mayor premio es compartirlo, una segunda entrega se centra en un recinto cerrado.


Una pareja baila, en la intimidad de la cocina.
¿Son moradores asiduos del Hotel en el que Jack Torrance permanecía atrapado para siempre?
Ya sabes.
Jack Nicholson, Shelley Duvall, un niño médium, Stanley Kubrick, “The shining” (“El resplandor”), 1980.
Allí también bailaban (y bebían) eternamente.
El tiempo parecía no avanzar.
No había preocupaciones.




*****



La luz verde, en serpentín, era una pista. Una botella abierta y dos copas flauta. Una pareja baila. No sabemos quiénes son. Aparentan felicidad.



Ella, Verónica Forqué, le rasca en el sitio donde, ayer mismo, él le decía hasta dónde estaba de ella. Aunque ya se sabe que el tiempo da y quita razones (como aligera coronillas masculinas de peso capilar).


La niña llega de la calle. Lleva un inmenso cartapacio azul y un tubo para llevar planos. Es evidente que su vena artística la descarta como autora del adorno navideño de la cocina, con espumillón verde rodeando el microondas y encima de la panera.


“Menudo día llevo”. Son las diez y veintisiete. De la noche. No hubiera podido decirlo si fueran de la mañana. Sus padres llevan diez horas bailando y bebiendo. Son inmunes a la adolescencia programada.


Belén Rueda no ha madurado. Lleva fatal lo de compartir coche con su hermano.


Arturo Pérez-Reverte, ahíto tras bailar (como una peonza) y beber (como un trompo) es capaz, por primera vez en años, de ahorrarse el improperio que le pasa por la cabeza y piensa para sí: “cosas de chicas”.


“Y, lo peor de todo, he tenido que ir en metro, como si fuera una paria”.


“¿Qué quieres? ¿Un teléfono móvil? Ni que fuera por pasta. Si tú supieras. Mamá te dejará su pelliza de la suerte”.

*****

El niño, que ya se mostraba obsesivo andando en triciclo durante el rodaje de la película, ha tuneado el coche y, con su dedo parlante, le dice nones a su hermanita.

Los padres, con el virus de la ilusión inoculado, creen que podrán parar las discusiones entre hermanos, acallándolas con un soborno.

“¿Cuál es el mejor premio?”.
“Compartirlo”.
“Pues toma, un coche nuevo para que ya no tengas que compartir el viejo con tu hermano. Y un teléfono móvil, que hemos aprendido las estrategias de los bancos, dándote más de lo que habías pedido”.

*****

Posiblemente, lo de que el mayor premio es compartirlo sea, simplemente, un eslogan. Quizá haya que buscar otra motivación.

Puede que haya un secreto, una forma un poco más compleja para resolver los problemas que disolviéndolos con dinero.

*****

La campaña sigue:

Episodio 2 – Si tú supieras
Episodio 3 – El secreto
Episodio 4 – Beautiful
Episodio 5 – Dilo bien
Episodio 6 – Llamada
Episodio 7 – Carpeta
Episodio 8 – No siempre se gana
Episodio 9 – No la pierdas
Extras – Traca final

*****

Continuaremos dentro de nada. Seguid viendo la TV.

2 comentarios:

  1. Si el primer anuncio ataca la sensibilidad de las personas , un gran anuncio eso si. la verdad es que las ideas se esfumaron en este vaya chorrada ahora los problemas de la sociedad son no tener coche y quedarte sin bateria en el movil . Financiaera este anuncia el plan prever o la renovación del cableado telefónico ¿Imagino no?

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    Respuestas
    1. O sea, pregúntale a una de estas niñas si hay otros problemas más allá de los mares.
      O sea, nos.

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