Común sin sentido - Obsesión pr los detallles
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Esa incierta edad [el libro]
A veces tengo la sensación de que llevo toda la vida escribiendo este libro. Por fin está terminado. Edita Libros Indie . Con ilustracio...
Sí, sí, estoy de acuerdo con Sherry Turkle. Lo veo todos los días, la gente está como ella mostró en sus fotos....... Juntos físicamente pero sin estar juntos, sin comunicación verdadera y manteniendo a distancia a los con quien estamos texteando "Hasta aquí estoy dispuesto a tener relación contigo, no me pidas más." Es una forma de fingir empatía en esos pocos segundos. No estamos compartiendo de verdad.Triste.
ResponderEliminarA mí me gusta el ordenador y mi smartphone, son herramientas útiles. En una mesa de comida con familia no permito ningún aparato de esos (porque a los amigos no me atrevo a decir que apaguen), sea en casa o en un restaurante o hotel. Y en mis clases, incluso con los adultos, en alguna empresa donde imparto clases o charlas, tampoco les permito el uso del Smart/Iphone y noto que se fastidian mucho..No debemos perder la habilidad de la conversación, de mirarse a los ojos y decir lo que uno piensa, siente, de tocarnos.
La tecnología está muy bien, increíble, facilita muchas cosas y acorta distancias y ahorra dinero y tiempo...pero no debemos olvidarnos de jugar, de ser creativos con el juego, con la creatividad, de socializarnos, de buscar compañía y de ser comunicativos de verdad.
La preocupación es comprensible. Como con todos los cambios y novedades, se ha abierto un camino que desconocemos a dónde puede llevar.
EliminarY no parece que sea nada bueno.
En fin, feliz año.
PD - Cuando daba clases no se habían impuesto los smartphones y, muy en concreto, no se había generalizado el guasap. Aplicando la psicología inversa, anunciaba que permitiría que mantuvieran sus teléfonos sin apagar; ellos mismos los apagaban. La forma de comunicarse era hablando y nadie quería protagonizar una situación así. Si hoy tuviera que dar clase, desarrollaría una dinámica inicial en la que tuvieran que dejar el dispositivo en un lugar común, público, que les permitiera alcanzar una gratificación a todos los que fueran capaces de aguantar así la sesión completa. Un experimento.
¡Qué sencillo resulta idear experimentos y qué complejo ponerlos en práctica!