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miércoles, 24 de octubre de 2018

Acuerdo educativo

Resulta complicado encontrar un tema más controvertido, sobre el que todos tienen un objetivo previsto —“establecer un consenso”, “alcanzar un pacto de Estado”—, pero en el que no existe la menor base sobre la que apoyar la construcción de acuerdos, recordando que, como dijo alguien —y, si no, lo digo yo ahora mismo—, los proyectos empiezan aceptando algún punto sobre el que no existan grandes discrepancias; un axioma, como si dijéramos.

Ya sé que no doy pistas (puedo estar pensando en la eutanasia, en la globalización, en el cambio climático, en la llegada del climaterio, qué sé yo) pero he sido lo bastante imprudente como para titular el escrito de forma que sabes bien lo que tengo en la cabeza:

Hoy he venido a hablar de educación.

jueves, 6 de marzo de 2014

Liberales, pero literales

Se nos llena la boca afirmando que somos liberales; defensores de la libertad individual, como valor supremo. Sosteniendo que creemos que debemos ser capaces de pensar por nosotros mismos, tener a nuestro alcance la posibilidad de decidir qué está bien y qué no lo está, para poder obrar en consecuencia. Que sería bueno que nos dejaran decidir en nuestros propios asuntos y que no estaría de más que nos dieran un margen de actuación mayor. Que quizá no es bueno sentirse apretados por un gobierno —que mira para lo suyo, regulando de forma implacable todo lo que se le ponga por delante, preocupado por aumentar la recaudación—, unos bancos —que sólo se interesan por sus resultados, sin atender al modo que tengan que aplicar para llegar a conseguirlos—, unas multinacionales —que, siendo corporaciones, han perdido su manifestación corpórea y son capaces de evanescerse y deslocalizarse, para brotar de nuevo, mutatis mutandi, allá donde sean capaces de mostrarse más rentables—, abandonados por unos agentes sociales —los sindicatos, que haciéndose cada vez más agentes, han perdido su valor social, asumiendo que en algún momento la hubieran llegado a tener—.

Nos llenan de despecho los detalles de algunas medidas recientes.

1 — El céntimo sanitario

"¿Hay algo que no hayan entendido?" Ilustración: Faro

No es sólo que España supiera que la medida era ilegal. Ni que Bruselas tardara 10 años en decidirlo. Ni que, cuando se anunció la decisión, la medida ya no pudiera revertirse, porque había dejado de estar en vigor desde un año antes. Ni que para devolver lo que se recaudó, ilegalmente, deban aportarse facturas, sin aceptar los justificantes de pago mediante tarjeta de crédito. Ni que iniciar un procedimiento para recuperar el dinero sea tan costoso que a ningún particular le merecerá la pena atreverse a dar el paso. Ni tan siquiera que la prescripción de la irregularidad esté fijada en cuatro años, por lo que todo lo requisado antes de esa fecha está a salvo, a todos los efectos.

Quizá lo más indignante es que, sumado a todo ello, el desajuste entre los 13.000 millones de euros recaudados ilegalmente por el Estado y los 2.300 millones que se estiman recuperar, según las asociaciones de transportistas, esos 10.700 millones de euros, que no dan para comprar WhatsApp, no serán considerados por el gobierno como parte de la economía sumergida.


2 — Tarifa plana

En el debate del estado de la nación el gobierno planteó reformas estructurales para aliviar la tasa de paro. Las reglas de la neolengua deben aplicarse para averiguar qué supone eso. La primera es que, a pesar de hablar en plural, debe entenderse en singular. La segunda es que las medidas, cuando se pongan en práctica, irán en sentido contrario al afirmado al ser anunciadas y, así por ejemplo, cuando se dice superficial, se entenderá estructural y, cuando se dice estructural, se deberá entender superficial. La tercera regla es la de la letra pequeña, que, básicamente, se resume en que el reglamento podrá contravenir todos los principios enunciados en la ley (conocida como la acotación de Romanones).

En todo caso, asombra la capacidad de un gobierno que aprendió que, dado que el populacho tiene una tendencia a abreviarlo todo —y, así, como el “Impuesto sobre Ventas Minoristas de Determinados Hidrocarburos (IVMDH)” terminó conociéndose como “céntimo sanitario”—, será mejor dárselo masticado, preparado para el abrevadero, abreviado, en términos que ya conozcan y usen, próximos a ellos. Tarifa plana, como muchos desean dejar su electroencefalograma.



¿A quién le importa conocer los detalles si ya hemos visto cómo aplauden la medida?

3 — Que no quede nada por rapiñar

El gobierno plantea regular el crowfunding, más que para establecer garantías a los usuarios y delimitar las responsabilidades de los promotores, como forma de aliviar la necesidad de aumentar la recaudación.

Siendo un sistema emergente, se entiende la emergencia de la proposición de la medida.


4 — Capitalizar deuda

El gobierno está sopesando la posibilidad de facilitar la conversión de deuda, de aquellas empresas que demuestren que hayan sido rentables, pero estén pasando por dificultades temporales, mediante la intervención de los bancos, convirtiéndose en accionistas a cambio de capitalizar su deuda.

Dicho de otra forma: se modificará la ley concursal y se recompensará a la banca que salve empresas.


Ya sé que todo lo que suene a economía es complejo de entender. Lo tuitearé:

El gobierno facilitará que las comadrejas entren a poner orden en los gallineros.

Todo un detalle.

"No os quejéis, que os estoy rescatando"

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Con todos estos asuntos sobre la mesa, el hervidero se produjo por la emisión del programa Operación Palace, donde Jordi Évole, buscando recuperar el apelativo que le llevó a la fama, ficcionaba sobre una explicación alternativa al Golpe de Estado del 23-F.



Los integristas del periodismo, creyentes de su propio dogma, depositarios de un cuarto poder que nadie les ha entregado, cerraron filas, negando la posibilidad de emplear el humor, la ironía o la burla, condenándonos para siempre a una literalidad, profundamente aburrida.

Eliminan la capacidad para leer entre líneas, por carecer ellos mismos de ella. Se reduce nuestra existencia comunicativa a un conjunto de frases cortas que, además, resulta preciso puntualizar, añadiendo como punto final el emoticono correspondiente, en evitación de posibles confusiones.

¡Qué detalle! :P

*****

Literalmente: No hace falta ser príncipe para afirmar que uno es tan feliz.

Prince Phillip MitchellI’m so happy



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Fascinado por Henry D. Thoreau, digo con él, literalmente, como dejó escrito en “Desobediencia civil”:

“El gobierno por sí mismo, que no es más que el medio elegido por el pueblo para ejercer su voluntad, es igualmente susceptible de originar abusos y perjuicios antes de que el pueblo pueda intervenir. El ejemplo lo tenemos en la actual guerra de México [1846-1848], obra de relativamente pocas personas que se valen del gobierno establecido como de un instrumento, a pesar de que el pueblo no habría autorizado esta medida”.
“¿Cuál es el valor de un hombre honrado y de un patriota hoy? Dudan y se lamentan y a veces redactan escritos, pero no hacen nada serio y eficaz. Esperarán con la mejor disposición a que otros remedien el mal, para poder dejar de lamentarse. Como mucho, depositan un simple voto y hacen un leve signo de aprobación y una aclamación a la justicia al pasar por su lado”.
“Los que, sin estar de acuerdo con la naturaleza y las medidas de un gobierno, le entregan su lealtad y su apoyo son, sin duda, sus seguidores más conscientes y por tanto suelen ser el mayor obstáculo para su reforma”.
“Hay leyes injustas: ¿nos contentaremos con obedecerlas o intentaremos corregirlas y las obedeceremos hasta conseguirlo? ¿O las transgrediremos desde ahora mismo? Bajo un gobierno como este nuestro muchos creen que deben esperar hasta convencer a la mayoría de la necesidad de alterarlo. Creen que si opusieran resistencia, el remedio sería peor que la enfermedad. Pero eso es culpa del propio gobierno. ¿Por qué no está atento para prever y procurar reformas? ¿Por qué no aprecia el valor de esa minoría prudente? ¿Por qué grita y se resiste antes de ser herido? ¿Por qué no anima a sus ciudadanos a estar alerta y a señalar los errores para ‘mejorar’ en su acción?”

O todas las otras citas, que recojo en la página hermana a ésta, igualmente aplicables.


jueves, 20 de febrero de 2014

Excepciones y reglas

En toda familia[1] hay quien marca las reglas y quien establece las excepciones[2].

Es la adaptación a la esfera de la convivencia privada, de la famosa bravata del Conde de Romanones, surgida en el ámbito de aplicación de la administración de lo público:

“Ustedes hagan la ley, que yo haré el reglamento”.


"Depende"

[1]Las familias han ido adaptándose a los nuevos tiempos, lo que ha dado en conformar nuevas realidades familiares.
En lo principal, mantienen unas características definitivas; son las que permiten identificar qué es una familia y qué no.
Como rasgos esenciales, se incluyen:

     Agrupación plural, con interés en permanecer juntos (en ocasiones, unidos), en torno a vínculos afectivos más estrechos que los meramente sanguíneos.

     Excede la unión sentimental, por mucho que éstas surjan con la voluntad de ser duraderas. Estas uniones se mantienen dentro de la categoría de “pareja”, estado que constituye la antesala, y la piedra angular, de la familia; la descendencia, natural o adoptada, es precisa para alcanzar esa nueva dimensión.

     Y, si la pareja se queda corta, la “gran familia” —esa grey que se junta en ceremonias y grandes celebraciones, que necesita del trasiego de alcohol para soportarse mutuamente, que archiva colectivamente las rencillas del pasado y que realiza distingos entre miembros natos y los asociados por matrimonio, que no tienen acceso al patrimonio y a los que se ningunea calificándolos de “políticos”— desborda el conjunto del núcleo familiar.

     La cohabitación no resulta imprescindible, aunque sí aconsejable. Necesidades coyunturales, laborales o formativas, pueden alterar el armonioso equilibrio derivado de compartir techo, e incluso colchón.

     La familia es el principal sostén de la sociedad. Su principal utilidad radica en convertirse en instrumento de transmisión de valores, costumbres y tradiciones. Lo habitual (lo más frecuente) es ocuparse del mantenimiento de lo adquirido. En circunstancias novedosas (sin asimilación a un anclaje previo conocido, comparable aunque no idéntico) deben improvisarse soluciones inéditas, diferentes, creativas; es sencillo comprender la dificultad de realizar innovaciones de forma permanente. La existencia de un modelo conocido ayuda a identificar situaciones estables.

     Aunque cada familia posea un cierto grado de autonomía para establecer la naturaleza de sus relaciones y el modo de afrontar las tareas compartidas, se necesita algún tipo de jerarquía, más o menos flexible. En síntesis: algunos dictan y otros llevan a cabo.

     Una familia es un proyecto común. De futuro y conjunto.

     La única garantía de lo que el futuro va a deparar es su falta de certeza. La autonomía funcional que toda familia despliega de forma cotidiana, debe servir para ayudar a los más jóvenes en su desempeño adulto, independiente, en una realidad distinta de la que hasta entonces han vivido.

“Preparar para lo imprevisible”.
  
*****
  
[2]Las posiciones no son inalterables, ni se asignan conforme a un rol sexual.

Sly & The Family Stone: Family affair


Esa incierta edad [el libro]

A veces tengo la sensación de que llevo toda la vida escribiendo este libro. Por fin está terminado. Edita Libros Indie . Con ilustracio...