En
la perspectiva de un mundo occidental, globalizado, interconectado e incomprensiblemente
pasivo, el ciudadano de a pie —sustento económico del invento— necesita ser
orientado. No se le puede dejar andar a su aire, no vaya a ser que cese en su
servicio a los intereses colectivos.
Para
ello, los teóricos del sistema operan en tres jerarquizadas categorías:
— Los
gurús. Claramente identificados, llegan a alcanzar un status mesiánico. Su capacidad de sugestión les hace sobrevolar cualquier
crítica que se les quiera realizar.
— Los
grupos de expertos. Son accesibles fácilmente, pero desconocidos para los
legos en la materia. El resto de especialistas, excluidos del plantel
definitivo, afirman su ignorancia supina, cuando no mencionan su permisividad
para el intercambio de dinero (o fluidos).
— Think tank. Son utilizados con un
fin determinado: servir a los intereses de una agrupación, comúnmente política
o económica. Como responsables ideológicos
de las propuestas que, tras ser sondeadas y testadas son aprobadas, carecen de
rostro y se enmascaran dentro de un colectivo de mayor rango.
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"No nos hacemos responsables de recoger el desastre" Foto: veDro - L'Italia al futuro |
“Los que mueven los
hilos”
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Pueden
ser considerados como estrategas, sabios, ideólogos o simples oráculos.
En
USA se reúnen en oficinas minimalistas, decoradas con muebles de diseño
extravagante, mientras los ñordos
transportamos y montamos chiffoniers
y cajitas plegables con las que guardar corchos, chapas y los tickets de caja.
En
España, mucho antes de que
la embotelladora de Atlanta quisiera enseñarnos cómo son nuestros bares (en
los que no hay jukebox, ni se beben
refrescos a morro), cada pueblo contaba con el suyo propio, en el que,
pertrechado a la barra, algún intrépido se animaba a lisonjear a la camarera,
mientras cuatro viejos, en la mesa de siempre, jugaban al mus y eran capaces de
opinar sobre cualquier cosa. La TV les comió el terreno, sin que pudieran
preverlo y serían reemplazados fulminantemente por tertulianos, el punto más
bajo de la escala evolutiva.
Nadie
les echó en falta, por mucho que lo hubieran visto todo, y lo contaran sin
cesar (“precisamente por eso”, alguien
afirma con falsa ingenuidad).
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Son The Lumineers — “Ho hey”
El
servicio de traducción simultánea con conciencia social.
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Actualización (11/06/2013):
Mi
amigo Bernardo De Andrés Herrero,
activo comentarista en este blog y alma
mater en Mi tocadiscos dual,
propone enriquecer las texturas del espectro cromático y sugiere una banda
sonora. Recojo su guante, concretado en estas extra–balls:
Grupo de Expertos Solynieve: “Claro y meridiano”
[de “Alegato meridional” (2006)]
Blur: “Out of time” [de “Think tank” (2003]
Por
mi parte, remato con un artista esencial, Van
Morrison: “In the garden” [de “No guru, no method, no teacher” (1986)]
Gracias.
Banda sonora. The Gurus (grupo de Barcelona de estilo beatle y ahora psicodélico) , Grupo de Expertos Soly Nieve (también epañoles ) Y Blur ( disco Think TanK). Odio la orientación sin sentido y sin razón
ResponderEliminarBernardo, gracias por tus aportaciones; has completado con mayor interés el artículo.
EliminarUn saludo
Últimamente estoy observando también en el mundillo laboral ciertas conexiones con la vieja Roma: Emperador, Tribunos, Gladiadores, Plebeyos y muchos Parias. Mola el guante de Bernardo para adornar. Abrazos.
ResponderEliminarLa propuesta de Bernardo es, como siempre, exquisita en su gusto e inabarcable en su enormidad.
EliminarEstoy ilusionado de haberlo conocido y trato de seguirle la pista, aunque me lleva con la lengua fuera.
En cuanto a ti, Johnny, deseo ver cómo tu extraordinario proyecto se va completando. Me apunto para lo que sea.
Un abrazo
Muy bien los bonus tracks
ResponderEliminarGracias.
EliminarLa mejor guinda posible.