George Zimmerman fue acusado del asesinato de Trayvon Martin, en un caso que atraía la atención pública americana
(y mundial). El jurado popular determinó que no se había demostrado su
culpabilidad, más allá de toda duda razonable y, por eso, su veredicto fue “not
guilty”.
Con
esa consideración hacia la justicia, que se está extendiendo de forma
alarmante, basada en la exigencia del respeto a las decisiones de los
tribunales, cuando se está de acuerdo con ellas, y en la invocación a la
presunción de inocencia, cuando se está próximo a los intereses del acusado, se
tiene la sensación de que, cuanto más ojos públicos están atentos a los
procesos judiciales, más ciega se muestra, la portadora de la balanza, en sus
procedimientos y consideraciones.
Lo
que, en USA, se tradujo en que, al haberse juzgado previamente el caso en los
medios, la sentencia exculpatoria no fue aceptada y se provocaron
disturbios alentados por el prejuicio racial.
No
están los tiempos para alimentar la caldera con la presión excesiva de un
desencanto generalizado que sólo provocaría más desorden y altercados.
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En
España, la confirmación de la culpabilidad de José Bretón, como
todo el mundo ya sabía, aplacó la cólera popular.
Hemos
comprobado que la presoterapia
resulta de lo más relajante.
"Relajación vicaria" |
Diez
minutos oyendo la radio y escuchando que Bretón o Bárcenas están a buen
recaudo, nos deja el cuerpo más cerca de sentirlo perfecto.
Ya
sabemos que enchironar es un verbo que
nos gusta (salvo que nos lo quisieran aplicar).
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Comprobar
que Bárcenas intercambiaba SMS
con Rajoy, al margen de la
interpretación que, anticipadamente, cada cual quiera concluir, transmite una
falsa sensación de tranquilidad aparente, imaginándolo encerrado en la cárcel,
utilizando el WhatsApp e
intuyendo su obsesión en chequear el doble-ckeck.
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No
deja de sorprender la facilidad para utilizar las mismas palabras, aplicadas
con disparidad de criterios, simplemente porque el adversario las ha utilizado
previamente y hay carta blanca para apoyarse en el desconocimiento de la
mayoría.
Connivencia — “Disimulo o
tolerancia en el superior acerca de las transgresiones que cometen sus
subordinados contra las reglas o las leyes bajo las cuales viven”.
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Como
no queremos que las cosas vayan a mayores, proponemos que la siguiente sesión
de presoterapia se lleve a cabo con Urdangarín,
el que en una
meteórica carrera se transformó, ipso
facto, pasando de ser un tipo alto, zocato, a ser un zoquete altivo.
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Con Ben Howard
o Garland Jeffreys.
Lo de Bretón con o sin presión es un crimen tan horroroso que aquí no hay presoterapia ni nada que valga.
ResponderEliminarYo como ahora no trabajo llevo 2 años siguiendo ese proceso día a día con la mayor rabia posible y no tengo ninguna duda de que si es culpable , lo de bárcenas lo sigo y si está claro que lavó dinero incluso aquñi en mi país pero me da la sensación que eso va para largo y va a llevarse mucha gente con el .
La idea del blog iba en esa dirección. Recuerdo que en su momento, a la hora de elegir el jurado (popular) que dictaminaría la inocencia o culpabilidad de Bretón, se planteaba cómo era posible encontrar a personas que no estuvieran ya condicionadas por la información que tenían, expresada en los medios de comunicación, de forma que, antes de empezar el juicio, ya se había realizado un pre-juicio que, de forma unánime, conducía a que todos sabíamos que era culpable, sin la menor duda.
EliminarDada mi profesión, una de las más denostadas del mundo y con razón, creo que este país ha llegado a un punto de esquizofrenia galopante. las mañanas de Tv es un reality sobre ineptos comentando sobre Justicia y leyes sin ni idea alguna. Los políticos no paran de crear leyes y dónde antes uno era merecedor de un regañina ahora es carcelario. ahora es todo un plató de TV un circo´de los romanos. independientemente de culpablilidades o no alguien puede creer que el Sr Bretón ha tenido alguna oportunidad de demostrar su inocencia con un Jurado. No es cuestión de aplicar justicia sino de que Sres esto no es un circo para saciar a las masas
ResponderEliminarEn los casos de Trayvon Martin y Bretón se han seguido estrategias basadas en el mismo principio.
EliminarLa foto de una mirada perdida del español, con un cartel de "Culpable" debajo, tranquilizaba las conciencias de todos.
En USA, para acusar a Zimmerman, se exhibían fotografías (siempre la misma) de Trayvon, con una pregunta debajo. "¿Te parece la cara de un culpable?".
Es absolutamente aberrante que el tópico de que "vale más una imagen que mil palabras" haya anulado la posibilidad de presentar argumentos, el principal sostén de la profesión a la que te dedicas, querido Bernardo.
Estoy realmente preocupado, de verdad.
Hay que tener mucho cuidado con los veredictos mediáticos anticipados, que no sería la primera vez que se le jode la vida a una persona al dar por sentado que es culpable de un crimen que no ha cometido.
ResponderEliminarHablando de los ojos, recuerdo una famosa portada que se tuvo que tragar el ABC con el titular "la mirada del asesino", dando por supuesto que un tipo iba a salir condenado por un crimen horrible y luego resulta que no fue él.
Cada caso es diferente, pero está claro que el efecto terapéutico que describes, Alberto, existe: nada como un buen aquelarre mediático-popular para descargar nuestras conciencias. Preocupante, desde luego.
Me has traído aquel caso al recuerdo. He encontrado la portada del ABC (que atesoran en su hemeroteca: el museo de los horrores del periodismo -tema para un artículo-).
EliminarEstá aquí: http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/2009/11/28/001.html
Un saludo