"Andando sobre rojo" Foto: Fellowship of the Rich |
Es una
de las costumbres más molestas que ha ido desarrollando el nuevo comercio: extender una alfombra roja (red carpet), en una idea que, como muchas otras, aunque
inicialmente pueda parecer brillante, al ponerse en práctica, se convierte en
un completo fiasco.
En
primer lugar, debido a su carácter invasivo,
por ocupar —sin autorización, de forma inadecuada, con voluntad de permanencia—
el espacio público y apropiarse, para sus fines interesados, de lo que, sin
atisbo de duda, debe ser accesible a todos. En realidad, el concepto antiguo (tradicional) de la cortesía (la voluntad
de servicio, primar las necesidades del cliente), se manifiesta aquí del modo
más anticuado, más obsoleto, más carpetovetónico —acierto etimológico que
podría depurarse en carpetoberméllico—, traducido en un simple artificio, en un
gesto a la galería que se percibe como muestra de desidia y desdén.
Y,
además, fallido: en lugar de extenderse hacia
los clientes, a modo de puente, como reclamo para facilitar la entrada, se
muestra como una barrera que circuncida los límites exteriores del
establecimiento y deja a los paseantes, siempre fuera, del otro lado, proscritos (más que incitados a entrar).
La
climatología y la falta de educación acelera el proceso de transformación de lo
que pretendía transmitir una sensación agradable, acogedora, familiar, hogareña
y confortable (por mullida), en una experiencia asquerosa de presenciar.
"Mi basura está más cómoda que tú, que debes bajar de la acera para pasar por delante" Foto: extranoise |
Trapos
infectos se arrastran a las puertas de algunos locales, moteados de chicles,
escupitajos y colillas, encharcados por la lluvia y, cuando me encuentro alguno,
tengo que dar un largo tranco para eludir pisarlos. Ni se me ocurre intentar
franquear esa puerta que, francamente, se muestra cerrada para mí, con siete
cerrojos proverbiales.
Jajaja, siempre que veo esas alfombras lo pienso, duran limpias dos días y luego están gochísimas! Muy bueno el post. Cova
ResponderEliminarGracias Cova.
EliminarLas alfombras sólo tienen sentido (y escaso) en las aldeas, para tapar el barro de las caleyas.
Un beso
El rojo siempre es mas chic!La mierda resalta con mas clase!!!!
ResponderEliminarPor cierto, hoy el juego lo tiene que iniciar Bunker Sonico, pero me huelo que no va a ser, por lo tanto lo hara otro!Ojo!
A+
Es verdad que el contraste de colores se acentúa con el fondo rojo.
EliminarYa vi la propuesta del búnker (que ya comenté) y ahora ando de cabeza con el mío. Espero ver cómo queda y si gusta (ojalá no resulte una elección demasiado obvia).
¿Sabes que es lo mejor? Cuando las quitan y dejan unas líneas de pegamento a lo largo de la zona en la que estuvieron tan "estupendos trapos". Has de fijarte.
ResponderEliminarEugenia.
Estuve echando un vistazo y en una acera que ambos frecuentamos, casi a diario, he visto un par de marcas como las que mencionas.
EliminarEn cualquier caso, debemos ser benevolentes: suponen el reconocimiento de un error y encierran un propósito de enmienda.
Es como el que trata de borrarse el tatuaje (o completarlo: me sé una historia, pero no me atrevo a comentarla ahora).
Un beso
Y los perros.... ese olisqueo permanente e intentos repetidos de hacer sus necesidades, indican que son lo más deseado del barrio...
ResponderEliminarLa conexión entre la nariz metida en la alfombra y la cola levantada, meneándose febril, hace que debamos agradecer la atrofia de nuestro sentido del olfato.
EliminarYa sé quién eres. He reconocido el movimiento de tus orejitas.
Si conn la instalación de la alfombra de color rojo pretender hacer que la persona, personas o futuros clientes o compradores,accedan como si el glamour llamara a su puerta me parece un tanto voluble. Al acceder el mejor calor y acogimiento es la disposición a que sea tu mejor amigo, tu confidente, aquel que pueda contar contigo. El resto lo haces tú, con el producto que ofreces
ResponderEliminarSe nota que te gusta el trato amable con el cliente. No es lo que, cada vez más, se va extendiendo como una forma del 'neo'comercio. La virtualidad está reñida con la proximidad y la proximidad no se consigue poniendo de intermediaria a una alfombra (por mucho que sea roja).
EliminarMuy bueno. Es curioso, me pasa lo mismo, las evito, nunca las pisos, me dan repelús, es como esos hoteles que no se reforman desde los 80 y estan forrados de moqueta, puaj. Saludos Alberto
ResponderEliminarLas moquetas en los hoteles (junto a las colchas o las cortinas) deberían estar prohibidas por ley. Esos son los recortes que debería aplicar un Gobierno sensato: moquetas (arrancadas), colchas (incineradas), cortinas (a tomar por culo), Gobierno (a hacer compañía a las cortinas y a los banqueros).
EliminarJoder, Chals, qué a gustito me he quedado.