miércoles, 29 de enero de 2014

Un día lleno de emociones

Ayer estuve la mar de liado.

El intercambio de correos, mensajes privados en fb y la lectura de los comentarios que muchos amigos han dejado como consecuencia de mi nominación en los premios para elegir la mejor Web de Asturias, me han tenido entretenido y lleno de satisfacción.

Francisco, Brizeida, Lucía, Nacho, Ángel, Albana, Tere, Chusina, Antonio, Montse, Borja, Cova, Humberto, Pedro, Nacho, David, Iñaki, Amaya, JOMA, Eloy, Luisa, Chals, Berna, Anabel, Fernando, Antonio, Nacho, Beatriz, Silvia, Maria, Ana, Alina, Juan Carlos, Ángel, Gonzalo, Luis, Quique, Orestes, Pedro, Belen, Elías, Lucía, Marta, Anina, fueron cariñosos y debo mostrarles mi gratitud, esperando no olvidar a ninguno, porque los recuerdo a todos.

Aunque agradezco no estar enganchado a twitter, ni al WhatsApp; hubiera sido excesivo.

*****

"Un día duro"

El día empezó con la noticia del sexto aniversario del blog, de una reciente incorporación a mi universo virtual, Molinos, que regenta con chispa un espacio en el que detalla las Cosas que (le) pasan, del que me estoy empezando a considerar adicto. En todo caso, dado que estamos en esa fase timorata en la que parece que prefieres atisbar, más que decidirte a mostrar, en ese juego en el que se cae cuando a uno le atrae la forma que tiene alguien para plantear sus cosas, andando con tiento, le pregunté por la canción que daba fondo sonoro a un vídeo lleno de energía y buenrollismo (algunas características destacadas en la autora —Molinos es una mujer— que conjuga con un humor ácido y una forma pimpante de aprovechar el tiempo). Amable, me dijo que eran Pete Yorn & Scarlett Johansson, cantando Relator.


Más tarde, salgo a pasear a Z y me cruzó con el comentarista de TV más lúcido y poliédrico del espectro nacional, que desde hace casi 30 años conjuga elementos de psicología experimental o filosofía clásica para explicar la realidad de la TV (y la vida), desde un punto de vista batracio (cada vez más caliente, cada vez más amodorrada). Es Antonio Rico, con el que llevo la mitad de mi vida cruzándome y, en ese momento, me envalentoné y estreché su mano y le felicité por el certero análisis en el artículo en que animaba a Coca-Cola a sacar pronto su anuncio, con el que sustituir a aquel de “veo una vida nueva y tú no estás en ella”. Un brillante escrito que, como muchas veces me ha pasado, me hubiera gustado firmar a mí y que recomiendo leer con detenimiento.

Anuncio Coca-Cola - Despedido


Sigue el día y entro en contacto telefónico con un fumador empedernido al que conozco desde hace tiempo, pero con el que nunca había cruzado palabra; cumplimos el proceso inverso al descrito por la canción que sirvió para iniciar las emisiones de una cadena que ahora se ve abocada al final de sus días, aplicando el axioma de que, si se le caía la M, se convertiría en una TV más, extraordinariamente ordinaria, carente de interés. Buggles hicieron sonar música, por primera vez, el 1 de agosto de 1981, para avisar que el vídeo acabaría con la radio. No es una partida de piedra, papel y tijera; la imagen ganará siempre (como siempre perderá la lectura). Las píldoras serán cada vez más pequeñas (y mucho más numerosas). Pero, más allá de aquella bravata, cierta entonces, fuimos capaces de poner voces a rostros (que ya identificábamos, incluso alterados), avanzando en nuestra relación, que ha madurado y se adentra, también, en el ámbito de lo comercial, convencido de que ayudaría a evitar convertirme en un gilipollas moderno.



Tuve que invertir mi papel, con gusto de nuevo, y mientras ella terminaba de resolver asuntos, calenté la comida y realicé faenas domésticas, con la música de fondo (y el PC encendido). Una canción me atormentó y estuve danzando con ella parte del día. Esa sensación de que tengo un hueco en mi cabeza, que están tratando de averiguar lo que pienso, que surgen ideas que me cuesta conectar pero que sé que, de alguna forma, están entrelazadas.



A pesar de que mi cerebro parezca cada vez más un queso (fundido y lleno de agujeros), mis sinapsis deben hacer mal contacto y, me sucede a veces —creo que he leído mal el nombre de la etiqueta dónde han guardado mis fármacos— me quedo atrapado en un sinsentido. Otra vez, no ¡por favor!. Te-tener que tra-trasbillarme y a-tra-tran-trancarme pro-pronunciando pa-palabras. Me costará transcribir mi conversación. Con JJJ, culpable de que haya vuelto al cine.

    Fundamental para mi bienestar.
    Podías usarlo para esperar en la cola de la farmacia, mientras se ocupan de sellar las recetas y hacer el cálculo de cuánto van a tener que pagar.
    Pues casi mejor. Empezaré a hacerlo. No como el otro día.
    ¿Qué te pasó?
    Tenía las ingles escocidas, de jugar al paddle. Fui a que me dieran un bálsamo reparador. Se me pusieron mucho peor.
    No me digas.
    Tengo las pelotas al rojo vivo. Un dolor del carajo.
    Estarás rascándote de continuo.
    Fíjate. El otro día se quejó mi contrincante de que por qué me ponía a hacerle gestos obscenos. Y yo sólo trataba de aliviarme.
    ¿Pudiste?
    ¡Qué va! Tengo las ingles más en carne viva que la mano de Nadal.
    ¡No me jodas!
    Para eso sí que no estoy, ahora.
    Yo creo que en el ungüento que te dieron, de uso tópico, debía poner escrito, bien grande: “muestra sin valor”.
    Ya te digo. Pero sí que necesitaría valor para mostrar mis pelotas en público. Especialmente en este estado.
    Menudo cabrón el que dijo que el deporte era bueno para la salud.
    Mucho mejor, escuchar música.

Oscar Isaac: Hang me, oh hang me


Mi amiga Fe, Miss Loretta, explicó la realidad de un mundo apoyado en emociones, la importancia de racionalizar lo que experimentamos por los sentidos y me hizo darme cuenta de lo maravillosa que es.

Loretta: The wonder that you are.


Hablé también con Carmen, amiga querida, pieza fundamental en el puzzle de mi vida y, mientras yo recordaba una conversación, y la música que sonaba de fondo, ella me regaló un montón de fichas de póker y me recordó la importancia de compartir.

Elvis Costello: She


Tuve que ir a la reunión del colegio. Nos pusieron dos tiras de Quino. A La primera sigo dándole vueltas; todavía no he sido capaz de comprenderla. La segunda, la adjunto.



Quiero suponer que explica el miedo de los padres a que los hijos crezcan. Olvida que los que son, verdaderamente heroicos, son ellos, nuestros hijos, por enfrentarse a un mundo que desconocen lo que les va a deparar.

Volviendo a casa, el reproductor de música, programado en posición random, contribuyó a aumentar mi alarma, conduciendo en una noche oscura y lluviosa.

María Salgado: Sólo por miedo


Y cuando llego a casa, me cruzo con Y, que baja a Z a dar su paseo. Aprovecho para hablar con ella de la reunión del colegio, temas tratados, balance nocturno et al. Mientras charlábamos, se empezó a escuchar un sonido, como el del trino de un pájaro. Nos recordó a una de esas pipas que se llenan de agua y que imitan el canto de un jilguero. También empezamos a oír golpes continuados, en un diálogo sonoro “fli-fli-fli”, “pom-pom-pom”, “fli-fli-fli”, “pom-pom-pom”, “fli-fli-fli”, “pom-pom-pom”, que, tras comprobar que no correspondía a los otros dos presuntos, imaginamos que procedían de otras casas, en las que alguien hacía ruido y otro le increpaba golpeando con la escoba.

Error.

Era Y que se había quedado encerrado en el ascensor.

50 minutos después era rescatado.

Fontella Bass: Rescue me


*****
Esta mañana, en el desayuno, X, la pandillera que convive con nosotros desde hace un tiempo, arrancó la copia de La Constitución y dejó rastros por toda la casa.

Y lo tuvo claro:
— Es un golpe de Estado.

L no estaba de acuerdo:
— Una revolución.

MC recordó una canción y un vídeo y se puso a bailar.

Kings Of Convenience: I’d rather dance with you


Un poco más tarde, en el aseo, planificando el día con ella:

— ¿Qué tal? ¿Tienes mucho, hoy?
— Tí.

Esos días, en los que ella contesta con un tí, entrañan una complejidad que no se percibe en su apariencia minimalista. Los años ayudan a descubrir que, tras esa brevedad —como cantar acompañada por un ukelele y unas simples palmas— se encierra años trabajando en la destilación de un método para afrontar lo que será, sin duda, un largo día.

Basia Bulat: Before I knew


*****

Hoy será un día más. Pero no será un día cualquiera.

Jo. Y yo mañana tengo una cita, ineludible, con la historia.


10 comentarios:

  1. Ti. Pero siempre (salvo cuando quiero asesinarte), siento un grato placer de saber que tendremos un rato juntos. (salvando ascensores, pre adolescencias, clases de tenis, lesiones varias, dientes a los que el ratón pérez se olvida de buscar, médicos a los que no quiero ver, y varios que para que vamos a desgranar en este maravilloso post....:-)

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    1. Ya. Lo que viene siendo el curso de la vida.
      Siempre entretenida.

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  2. Un par de dias desconectado y me encuentro que se me ha pasado felicitarte. Veo que como en los nominados en los Goya o Principe de Asturias el día ha sido ajetreado

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    1. Hay tipos y tipos de ajetreo, como de escalopes o de programas de TV.
      Está el que te lleva con la lengua fuera (y a ningún sitio) y el trajín cotidiano de tener una vida llena de cosas que pasan y gente con la que te relacionas y a la que quieres.

      Gracias, amigo

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  3. 6 años ¡¡ pues hombre ya puedes estar feliz , sigue , no nos dejes sin tu blog
    un abrazo
    anabel

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    1. Quizá me expliqué mal: no es mi blog el que cumple 6 años, sino el de mi amiga Molinos. Luego también me enteré de que hace 6 Johnny. Coincidencias.

      Yo voy camino del tercer año: todavía inmaduro.

      Un beso

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  4. Primero he comenzado a sonreir y después he soltado una carcajada, ahora estoy llorando de la risa de ver nuestra conversación por aquí, jajajaja. Eres más fundamental para mi bienestar que la dermatóloga de marras. Abrazo, crack.

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    1. Gracias, abuelo. Seis años y se te ve hecho un pipiolo, lleno de ganas.

      Abrazo.

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  5. Eyyy muchísimas gracias por tus palabras!! Que ilusión!!!

    A ver si hay suerte con el Premio.

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    1. Gracias a ti, por supuesto.
      Lo digo aquí, porque en tu casa hay un poco de jaleo, últimamente: eres muy valiente por meterte en el jardín, sabiendo lo que iba a pasar.
      ¿Soy yo sólo, o en el nuevo avatar se intuye un falo?

      Gracias. Ésta es tu casa.

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