Viene de La felicidad
Si necesitas recordar el vídeo, vamos por el minuto 2:02 — justo a mitad de camino—.
Otra aportación anónima: “mis vacaciones ideales son estar en la playa, tumbada, sin hacer nada”.
No comentaré nada, para no cansarme. O sea, me da así como pereza, tía.
“Mi ideal de felicidad es pasar las vacaciones en una isla del Caribe. No es muy original, ya lo sé, pero me pierden esas playas de arena blanca y aguas transparentes”.
Es Carmen Beltrán, periodista (por ocupación) y soñadora (por definición) Le falta hacerse clienta del banco naranja. Eso sí, tiene una amiga y una bañera.
“Mucha espuma olorosa, velitas de colores, música agradable, cerrar los ojos y a gozar hasta que se me arruguen los dedos de los pies. Un momento de felicidad perfecto tras un día agotador y a buen precio. No hay como el buen consejo de una buena amiga”.
Pero, ¿no era que le faltaba plan para las vacaciones? Así sin conocerte te diré, guapa, que eso lo puedes hacer hasta los días de trabajo. De hecho, suena a plan al salir del trabajo. ¿Verdad que no nos estarías intentado engañar para parecer más feliz?
El 87.1% de la gente que se
considera muy feliz admite darse
algún capricho con regularidad
¿Ves? Te hemos pillado: con regularidad lo dice todo. Es el plan que haces todos los días cuando terminas de trabajar y llegas a casa, sola, y te pones velitas y espuma y musiquita y dejas que los dedos de tus pies se arruguen como los de una bruja mentirosa. Tu amiga te contó ese cuento, y se ligó a tu antiguo novio, y se dedica a hacer con él, lo que las amigas hacen con los antiguos novios de sus amigas, y luego tu amiga te cuenta cuentos como si fueran consejos, porque tu amiga sabe que eres de las amigas que se creen los consejos que les dan, y así te quedas en casa, arrugándote en una bañera, mientras piensas en el Caribe y no sales a la calle para hablar y conocer y hacer cosas de verdad con personas reales. Y ya.
“La felicidad humana generalmente
no se logra con grandes golpes de
suerte, que pueden ocurrir pocas veces,
sino con pequeñas cosas que ocurren
todos los días”
Benjamin Franklin
Dejo capturada imagen de los responsables: Clara Vila en la dirección —la maletera— y Marta Vila —dedos arrugados— y Tobias Leierkasten —viajero volador— en el guión (Aviso a rotulistas que guión lleva acento).
Y ahora me toca a mí. Y para ponernos en situación hay que llamar a Palito Ortega:
Hemos llegado a la felicidad en menos de cuatro minutos. Realmente es sencillo alcanzar la felicidad (en cuatro minutos). La idea es que dure algo más que eso. Esa efímera felicidad es del todo insatisfactoria. La madurez es, entre otras cosas, comprobar en uno mismo esa verdad imperecedera: que la felicidad tiene que construirse continuamente.
En un artículo anterior planteábamos condiciones para la felicidad:
ü No hedonista, no inmediata, no superficial
ü No exclusiva, no reduccionista, no selectiva
ü Basada en el juicio personal, individual, identitario
Ahora afirmamos que la felicidad es un camino sin destino. Su propósito es una búsqueda personal. No hay baldosas amarillas que nos guíen como hacían con Dorothy cuando buscaba a Totó en El mago de Oz.
Plantear el camino como la búsqueda de un destino final es problemático, confuso y potencialmente frustrante. Dorothy empieza buscando a Totó, luego sigue tratando de llegar a Ciudad Esmeralda para poder consultar con El mago de Oz y, entre tanto, descubre que sólo quiere volver a Kansas.
En el camino, encuentra a tres simpáticos compañeros de viaje: un espantapájaros, un hombre de hojalata y un león. Cada uno tiene sus propias ambiciones y juntos inician una búsqueda que les lleva, por un montón de peripecias, hasta encontrarse con la decepción del farsante que se esconde detrás de la cortina.
Finalmente, Dorothy vuelve a casa y puede afirmar que “se está mejor en casa que en ningún sitio”. Esa valoración es, desde el punto de vista de un espectador, bastante cuestionable. Nadie hubiera ido a ver al cine una película titulada “La (aburrida) vida de Dorothy en Kansas”. De hecho, al principio ella quería escapar de Kansas. Donde se mostró verdaderamente feliz era en el mundo de Oz, aprendiendo y disfrutando de las experiencias que tenía que vivir junto a sus compañeros de aventuras. Eso es lo que todos queremos ver en la película: las luchas con la Bruja Mala del Oeste y las peripecias que deben ir superando. Lo demás es una fábula interpretativa rebuscada. Mucho se ha escrito sobre los mensajes implícitos de la misma. La actriz que interpretaba el papel protagonista, Judy Garland, no tuvo una vida precisamente feliz. Como homenaje al simbolismo encerrado en la película (que yo no consigo ver) fue elevada a lo más alto de la iconografía gay. Desaprovechó personalmente la posibilidad de extraer el mensaje que tenía a la vista y se sumergió en un mundo ficticio en el que creía que podría ser Dorothy para siempre.
Para nuestros propósitos, los que resultan verdaderamente ejemplares son sus compañeros de viaje: crecieron personalmente afrontando los retos que les preparaba el destino. El espantapájaros desarrolla su inteligencia, el hombre de hojalata muestra sus sentimientos y el león confirma su valentía. Son felices porque consiguieron las habilidades que pretendían. Cambiaron y maduraron hasta alcanzar la felicidad.
El programa transmite un mensaje confuso: plantea el viaje como una huida. Las aportaciones destacan que, en realidad, no son felices en su propia vida.
Un arraigado mensaje es que la felicidad es incompatible con el trabajo. Muchos estamos en desacuerdo. Entendemos el trabajo como una posibilidad de desarrollo personal; le dedicamos muchas horas y nos esforzamos, en una búsqueda activa, tratando de que nos guste lo que tenemos que hacer. El descanso después del esfuerzo es necesario, merecido y reparador. La holganza, la pereza y la flojera son, además de males a combatir, profundamente insatisfactorios.
Plantear una vida en la que, mientras trabajas, no tienes tiempo para hacer otra cosa y, cuando descansas, escapas de tus rutinas, es la causa de que existan las depresiones vacacionales: gente que descubre que, en el fondo, ni siquiera soporta a su familia. Por eso aumentan los índices de divorcios en vacaciones.
Yo quiero ser feliz todos los días. Quiero que ser feliz sea, para mí y los míos, rutinario. Intentaré poner un poco de azúcar en las cosas que tenga que hacer.
A partir de ahora, mientras duren los cuatro minutos de felicidad en La 2, ya sabéis dónde me podéis encontrar. Esperando que empiece Saber y ganar, que se retrasa siempre.
La felicidad depende siempre de uno mismo
Como a penas veo la tele porque consigue CABREARME casi siempre, esos 4 minutos no los había visto hasta ahora y como los he visto cuando he recibido tu aviso,(la hora de comer) decidí comer primero porque de verlos antes, de seguro me quitaban el apetito! !Menos mal que hice caso a mi intuición!
ResponderEliminarCada vez más estoy convencida de que hay un poder a quien le interese que nos volvamos todos muy brutos, nos ponen Gran Hermano,los reality shows, los culebrones, series para los niños que nada tienen que ver con su realidad, en este caso, española, para que seamos cada vez mas cotillas, más tontos, más superficiales y más enganchados a la caja con el fin de que no nos demos cuenta de lo que ELLOS están haciendo en el mundo de la política. Así controlan al Pueblo.Y deberíamos controlar nosotros a ellos! Así estamos en esos momentos de crisis mundial.
Estoy de acuerdo, la felicidad depende de uno mismo y además no hay que buscarla fuera sino dentro de uno mismo, es un estado de la mente y hay que buscarla en nuestro interior y todos los días construirla. Es muy difícil definir la Felicidad, como es también difícil definir el Amor. Ambos tienen la capacidad de aparecer y desaparecer continuamente a lo largo de nuestras vidas.
Yo creo mas en la motivación y en la actividad para buscarla que en el logro de la satisfacción de los deseos. Me produce un sentimiento mas positivo y más profundo ir en la busqueda.Desde luego la felicidad no depende de lo que tenemos sino de lo que somos.
Pablo Neruda dijo algo así:"Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas."
Saludos a todos,
Nina
Yo prefiero no pensar en "la felicidad",los terminos tan abstractos se me van.
ResponderEliminarQuizas, fruto de mi trabajo con personas con discapacidad intelectual, entiendo mejor, al igual que ellos, lo concreto.
Centrarme en el "Aqui y ahora",encontrando un sentido a lo que hago, es decir comprometiendome con aquellos a los que dedico mi tiempo. Perder el momento, es desperdiciar la capacidad de entrega a los demás.
En tu blog lei algo que me hizo reflexionar y que es el camino a la tan ansiada "Felicidad":
"Me gusta lo que hago que no es lo mismo que hago lo que me gusta". Que acertado!
No voy a comentar nada sobre los cuatro minutos (por cierto ya puedes añadir otro cuatro a tu larga lista de cuatros...)de felicidad que tan generosamente nos ofrece Cocacola, creo que tu ya lo has dicho todo.
Pero dejemos de buscar algo que tenemos siempre alla donde estemos.
Un abrazo Alberto y gracias.
Estoy de acuerdo contigo, la felicidad la podemos encontrar cada día en el trabajo, (haciendo lo que nos gusta y disfrutando con las cosa bien hechas) y en el descanso que sigue a un día agotador.
ResponderEliminarLas vacaciones y el "dolce far niente " contribuyen a la felicidad como recompensa pero es necesario trabajar antes y después para valorarlas en su justa medida.
Felicidad es ver a tus hijos cada día ... Que van creciendo y aprendiendo.
¡cuantas pequeñas cosas nos hacen felices!
Saludos
De verdad que da gusto tener unos seguidores tan activos y entusiastas. Siempre me dais ánimos para continuar trabajando.
ResponderEliminarNina: una de las cosas que más me enriquece de darle duro al blog, además de vuestro aliciente, es que no me deja tiempo para ver la TV. Prácticamente solo el ratito descrito. Eso me ayuda a ser feliz. La situación que planteas es tan cierta como deprimente. Ya desde aquí hago lo que puedo para combatirla. Tus reflexiones tienen eco en mí y, me consta, que hay más seguidores que se interesan mucho por tus comentarios. La puerta está siempre abierta para ti.
Covadonga: Tengo constancia de que en casa seguís mi blog. Me hace mucha ilusión que te hayas animado a dejar un comentario que, espero y deseo, sea el primero de una larga serie de intervenciones. Tu observación al respecto de "otro cuatro más" es completamente relevante y me hace corregir la entrada para añadir el enlace al artículo "Cuatro". Antes de que terminara el curso te anuncié la revisión del libro de un autor al que ambos seguimos con interés y todavía no cumplido mi palabra. Muchas gracias por ayudarme a mantenerme alerta. Por tus palabras se nota que "te gusta lo que haces".
Lucía: Otra activista de los comentarios. Agradezco que compartas las grandes cosas que nos hacen felices todos los días y que son las recompensas que nos encontramos casi sin buscar.
Para todos los seguidores: gracias por ayudarme a ser feliz.
Alberto Secades
"CARPE DIEM" Amigo Alberto esa es la unica verdad...Lo que intentas descifrar-explicar sensaciones con la escenas de 4 minutos no es felicidad son....."pausas valorativas" para disfrutar de lo bello que te rodea en ese "Carpe Diem unico"....familiar-laboral-post-laboral, o donde estes,cuando lo percibes. Lo de la tele-Hurtado... y esa armonia que sientes viendo a este eterno-programa-presentador-pregunta;solo es una escena que se repite durante muchos dias.Cotidiano como los gatos que ya saben donde esta su cojin-status domestico.Creo que no somos "animales de costumbres"por lo menos lo que en lugar del Hurtado, comos nosotros los que nos ....hacemos preguntas. Yo te aconsejo que apages el televisor.....no lo necesitas para nada,es mas ese silencio..... que tanto tememos,si lo logras percibir es mucho mas clarividente y gratificante, si lo sabes captar que cualquier señal de radio-television por muy brillantes que sean esos... 4m....Un ejemplo que te va a gustar:solo tienes que observar la mirada de cualquier hijo-a.....y veras-sentiras, mas emocion por llegar a....que en aquel famoso e inolvidable gol-Bango del "Oviedin del alma" ,al Genhoa italiano aquella ya lejana tarde de septiembre un azul....Solo duro esa tarde....pero no se si para bien o para mal.....fue unica.Un abrazo Alberto...........................Jose Alvarez
ResponderEliminarJose, gracias por participar. Con tus comentarios me dejas siempre satisfecho. Sé que, aunque no pongas la marca en "me hace pensar", es bastante notorio que termino consiguiéndolo.
ResponderEliminarUn abrazo, seguiré provocándote.