Tengo
la completa seguridad de que muchos de los que ahora se apuntan al carro del
emprendimiento lo hacen por no poder encontrar trabajo por cuenta ajena y, obligados,
a la fuerza, tratan de buscar una ocupación que, tras sablear a familiares y
conocidos, les permita encontrar una forma de llenar su tiempo, más allá de
estar enganchados a la pantalla portátil del móvil.
Y
que cuando la cosa remonte, que lo hará,
volverán a buscar el acomodo natural para sus posaderas, entreteniéndose
ociosos mirando una pantallita, buscando que los riesgos los asuma otro,
escaqueándose del trabajo duro y el compromiso.
"Como la biblio de la Facu, pero más cool (y con menos gente)" Foto: madrideducacion.es |
Si
no fuera por los móviles, la emprenderían a hostias, así que deberemos dejarlos
tranquilos (aunque se perderán parte del disfrute de una vida real).
[NOTA:
Es posible que tu móvil no sea compatible con el formato de este vídeo y nunca
llegues a ser capaz de verlo. Sería una lástima. Inténtalo. Es otra forma de ver el mundo.]
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Visto
en Meridianos.
Hace unos años este aparatito, que ahora hace casi de todo(¿Cocinará?) Pesaba 6 o 7 kg, tenía una autonomía mínima y parecía que llevabas una maleta.
ResponderEliminarSólo lo tenían personas con alto poder adquisitivo.
Y no pasaba nada. Para eso estaban las cabinas.
¡QUÉ AÑOS AQUELLOS!
Me acordé de las cabinas y me sentí obligado a escribir sobre ello:
Eliminarhttp://www.comunsinsentido.com/2013/09/la-cabina.html
Muchas gracias.
patética existencia humana. Pero creo que dentro de unos años ese aparatito será el único ser que conoceremos para qure viajar, comer, charlar, ir al bar , consultar un libro ...
ResponderEliminarLo preocupante no es que existan personas adultas que se hayan habituado a usarlos (más allá de la necesidad para la que surgieron). Al fin y al cabo, se supone que la adultez es el estado en que uno es capaz de decidir por sí mismo y allá cada cual lo que decida hacer con su vida (y su tiempo).
EliminarLo verdaderamente preocupante es que haya jóvenes (nuestro futuro) que no hayan conocido otra forma de relacionarse y que sean incapaces de concebirla. Eso es lo que, a mí personalmente, me da pavor.
Yo me acuerdo que en los '90 y hasta el '99, yo viajaba con cientos de niños y jovenes por Gran Bretaña y no tenían móviles y los padres tampoco. Nos quedabamos en esos viajes un mes a dos meses fuera......y no había ningún problema!!Yo tampoco tenía móvil.
ResponderEliminarLos niños llamaban a casa desde una cabina y mandaban postales. Si vivían en familias, pués llamaban los padres cada 3 o 4 días.
Ahora, no sabéis las broncas que hay por el uso de los móviles en estos viajes, cómo los padres animan a sus hijos a esconder el móvil y decir que no llevan (porque los colegios, camps y nosotros las organizaciones de los viajes, limitamos el uso e incluso los guardamos bajo llave hasta el día de la llamada permitida).
Si supiesesn los padres la cantidad de problemas que existen por el móvil, los accidentes que causan por estar despistados cruzando las calles de Inglaterra con los coches que vienen en direccion contraria a España, los jovenes de 14 años que entre ellos se llaman para quedar y escaparse de la casa, campamento, colegio, los robos de los smartphone y las peleas por ello, ..es ridiculo!!Todos llegando tarde a sus clases o actividades por estar hablando por móvil...
Una vez una cría de 15 años me dijo "Si me quitas el móvil, me abro las venas". Otra me dijo que no podía vivir sin su smartphone y que dormía con él debajo de la almohada....(poniendo cara como si durmiese con su osito de peluche)
Ha habido padres, que aun sabiendo las reglas, han enviado a sus hijos de viaje y luego me lo han armado por no poder hablar con su hijo cuando quería. (Y ya hablaban dos veces por semana!!)
En fín, patética situación general,tristísimo el vídeo. Una dependencia preocupante y, Bernardo, lo que comentas sobre viajar, consultar un libro, etc. YA se hace con ese "aparatito".
Recuerdo el año pasado cuando mis hijos fueron a un campamento y los de la organización les obligaban a sacar los móviles que suponían que llevaban ocultos. No les creían cuando decían que no tenían, hasta que apareció alguien que nos conocía y, entonces (sólo entonces), les creyeron, porque ya sabían que eran raros.
EliminarEste verano me preocupó ver a un amigo suyo (14 años) que, pese a ser deportista y pasarse horas, todos los días, haciendo surf, cuando estaba en tierra tenía una tremenda dependencia tactil de su aparato. No era sólo que le echara vistazos, cada poco, para saber de él: es que jugaba con su pulgar en el programa de desbloqueo del aparato, como un tic recurrente y obsesivo.
Un problema de los gordos; el soma que Aldous Huxley imaginó en "Un mundo feliz" era un dispositivo, no una pastilla.