El
final del verano ha cumplido y se presentó cuando se le esperaba; a pocos
importa la estación meteorológica, sólo se atiende al estado ocupacional.
La
pausa que quisiste hacer —en la que simulabas que todo iba bien, haciendo justicia
a pies, paisajes y pitanzas— ya se cerró (aunque seas capaz de imaginar
contextos distintos que hubieras podido llegar a retratar).
¿Qué
harás?
"La inmersión: una forma de subversión (o huida evasiva)" Foto: Nina |
Tú
solito decidiste que cargar con libros era una molestia.
Ahora
no podrás abrirlos por las páginas que se habían llenado de arena y que
suponían un consuelo fugaz.
No
encontrarás flores perdidas en ellos.
No
descubrirás aquella idea que, habiendo sido apuntada al vuelo, eras incapaz de
descifrar (al completo).
Sólo
te queda el recurso de escudriñar perfiles ajenos, pero llevas haciendo lo
mismo todo el verano (y ya te has hartado).
*****
La
puñetera vuelta a la (misma) rutina (de siempre).
Los
días soleados se han acabado.
Vaya Con Dios — “Sunny days”
Un poco triste pero una buana canción
ResponderEliminarSé de alguien a quien le encanta (la canción y el artículo).
EliminarSindorme potsvacacional? animo que el invierno es peor. En Verano tengo por costumbre desconectar del periódico por salud mental
ResponderEliminarMás que un síndrome, es una epidemia.
EliminarTu desconexión es aconsejable todo el año.
Allá en Asturias, ¿No os queda por disfrutar aún "El Veranillo de San Miguel"? Cuando las temperaturas vuelven a subir, el sol calienta, ma non troppo, hace un septiembre delicioso y nos lleva a octubre que será de todos los colores y con un poco de suerte de temperaturas suaves. En esos días parece que todavía que estamos de vacaciones, el tiempo pasa mas lento y todavía al menos en fin de semana puedes practicar deportes o hacer actividades de verano.
ResponderEliminarUn abrazo
No tengo demasiado claro que deba existir una necesaria conexión entre temperatura y ocio. Personalmente, si pudiera elegir, optaría por tomar vacaciones siempre en otoño, con estilo decadente, evitando la tendencia mayoritaria y buscando sentir menos agobio.
EliminarEn cuanto al veranillo, creo que existe también el de San Martín (que, en casa, preferimos por motivos evidentes). Un amigo mío lleva años practicando con San Miguel, sin necesidad de esperar al verano.
Besos (y gracias por la foto)