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viernes, 12 de enero de 2024

Thunderclap Newman — Something in the Air


Thunderclap Newman
Something in the Air

Hollywood Dream (1970)

Londres (UK)

Andy Newman, Speedy Keen, Jimmy McCulloch & Pete Townshend

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Pete Townshend, guitarrista de The Who, formó una banda alternativa con la que dar la oportunidad a Speedy Keen, batería y cantante en la banda, de poder interpretar las canciones escritas por él. Reclutó al pianista Andy ‘Thunderclap’ Newman y al guitarrista Jimmy McCulloch, que en ese momento tenía 15 años.

Publicaron este sencillo en 1969 y fue un éxito tan inesperado como arrollador que les obligó a completar un LP al año siguiente, con el que darían carpetazo a una fulminante y efímera carrera, pero que dejó un himno para la comunidad hippie.

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Llama a los instigadores

Porque hay algo en el aire

Tenemos que reunirnos tarde o temprano

Porque la revolución está aquí

Y sabes que está bien

Tenemos que unirnos ahora


Tom Petty & The HeartbreakersSomething in the Air

Greatest Hits (1993)

Gainesville, Florida (USA)

Enlace

Tom Petty, Mike Campbell, Benmont Tench, Howie Epstein & Stan Lynch

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Como cambian las cosas en cuestión de años.

En 1993, Tom Petty y su banda, que llevaban publicando discos con gran éxito desde 1976, deciden publicar su primer recopilatorio, tras diecisiete años de carrera. El disco incluía 16 temazos, una canción nueva —“Mary Jane’s Last Dance”— y una versión muy fidedigna del himno de los Thunderclap.

Yo me lo compré en formato CD y me sirvió para repasar la obra de un tipo esencial.

Algo hay en el aire (un cierto olor a cannabis)

miércoles, 27 de mayo de 2020

Gil Scott-Heron — The Revolution Will Not Be Televised

Gil Scott-HeronThe Revolution Will Not Be Televised
Pieces of a Man (1971)
Chicago, Illinois (USA)

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Fue conocido como el Dylan negro”.
Murió un 27 de mayo.
Hace ya 9 años.

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Hijo de una cantante de ópera, Bobbie Scott, y de un futbolista jamaicano, Gil Heron, apodado “La flecha negra”, que fue el primer negro en jugar en el Celtic de Glasgow.
GSH era un poeta, músico a mitad de camino entre el soul y el jazz, y pionero en el recitado.
Era un profeta del rap.

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Su primer disco de estudio —esencial— incluye una pieza muy influyente, titulada como uno de los lemas del movimiento Black Power, llena de referencias socioculturales de la época, pero con un mensaje que hoy puede entenderse a la perfección.

No serás capaz de quedarte en casa, hermano
No serás capaz de conectar, encender y evadirte
No podrás perderte en la heroína y escaparte por cerveza
Mientras ponen los anuncios

La revolución no será televisada




Prueba a cortar la WiFi...

jueves, 29 de enero de 2015

Cara o cruz

Tengo una importante decisión que tomar.
Se presentan ante mí dos alternativas.
He analizado las posibilidades.
Hice una lista de “pros” y “contras” de ambas opciones.

Pero sigo sin tener ni idea de qué debo hacer.

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He pensado: ¿qué tal si lo decido lanzando una moneda al aire?
A cara o cruz.
Va.
Venga.

"Espero no perder la moneda"

Cuando se trata de una decisión de índole personal, emplear una moneda implica adoptar una doble dosis de humildad. La primera, procede del gesto anticipatorio de aceptación del resultado, sea el que sea, provocado por el pulgar que queda extendido. La segunda, a la obligación de agacharse a recoger la moneda, en un mudo humillado.

Se desconoce la fiabilidad del procedimiento —que se intuye nula, por su talante azaroso—, pero se reconoce la eficacia de la acción combinada de aceptación y humillación.

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El método “cara o cruz” también se emplea para dirimir diferencias: quién saca y quién elige campo en una contienda deportiva; la asignación de turnos en el uso de un objeto compartido entre hermanos; la elección de la lista de reproducción que sonará en el coche —programada en orden aleatorio, en todo caso—.

En estas ocasiones, el azar es un buen predictor y libera al árbitro, padre o chófer de tener que entregar todo su crédito (la auctoritas romana) en procedimientos rutinarios; permite reservarlo para asuntos de enjundia.

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— Me toca a mí montar primero en la bici.
— No. Me toca a mí.
— A mí.
— Que no. Me toca a mí.
(((Cualquier padre asume que este soniquete se prolongará hasta la próxima glaciación)))

— Me toca a mí.
— No. Tú fuiste primero la última vez.
— Que no. Me acuerdo perfectamente.
— Yo sí que me acuerdo perfectamente.
— Me toca a mí.
— A mí.
— A mí.
(((Los casquetes polares empiezan a notar los efectos del deshielo)))

— ¿Qué tal si lo echáis a suertes?
— Jo. Yo siempre pierdo.
— Vale. Lo echamos a cara o cruz.
— Pido cara.
— No vale. La última vez pediste cara.
— Sí. Y perdí.
— Pues no pidas cara.
— Me da suerte.
— La última vez, no. Perdiste.
— ¿Ves cómo la última vez montaste tú primero?
(((Un amigo holandés me llama para avisarme que en Grecia están con el agua al cuello)))

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Tras este interludio, no necesariamente breve, decidimos usar una moneda.
Que, no es necesario explicarlo, debo aportar yo (y que, el que pierda, pretenderá quedársela, a modo de compensación).

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Busco en el bolsillo y encuentro una moneda de 1 €.


Los europeos son unos tipos precavidos. Asumiendo la posible inconveniencia de que las monedas de todo el continente incluyeran un símbolo religioso —pero incapaces de predecir el alcance del cambio en los límites del territorio interior— decidieron sustituir la tradicional cruz por un mapa, que colocaron en el lado al que llamaron reverso. Determinaron que esa imagen fuera común para todo el sistema monetario, permitiendo que en el otro lado, el anverso, cada Estado eligiera la imagen que considerara más representativa.


En España se optó por la efigie de un rejuvenecido JC.

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Las alternativas por las que debemos optar, a la hora de realizar un sorteo, se han transformado.

Ya no se debe elegir a “cara o cruz”; ahora se trata de “cara o mapa”.

El cambio ha sido cosmético: no es que permitan decidir a quién poner en su lugar (o la necesidad de sustituir el sistema político, o económico, por uno nuevo); ni siquiera se considera un acto verdaderamente subversivo nombrar al titular como “cara”.

La consecuencia más relevante es que, recurriendo al azar, se invoca de forma diferente.

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Nuestros vecinos del norte, acostumbrados a las Revoluciones, huyen de la imagen de una cabeza que les recuerda al cesto que ponían a los pies de la guillotina. Su sangrienta historia, que ensalzan cuando la rememoran, les ha hecho cautos, cuando menos. En su lado, en el anverso del que eligen motivo propio, han colocado un árbol y el lema que les hace ponerse firmes.

"Literal: Liberté, Egalité, Fraternité. Árbol hexagonal. RF"
"Interpretación canónica: Lema nacional. Forma del territorio (continental). República Francesa"
"Interpretación icónicaRousseau, Montesquieu, Voltaire. El árbol del ahorcado guillotinado"

Tras la Revolución Francesa y el derrocamiento de Luis XVI en 1789, el terreno quedó abonado para la llegada de un iluminado corso, con nombre de cognac. Empleó como estrategia de reparto la auspiciada por su apellido.

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Los franceses no aprendieron la lección. Casi 200 años después alentaron una nueva revolución, alimentada con ideales de cambio en un mes de mayo del año 1968 que, si se hace caso de las batallitas narradas por españoles, extraña que no se popularizara el flamenco en las calles de París. Todo el que se opusiera al régimen que imperaba aquí, debía acudir a la ciudad de la luz para pedir, comme il faut, que pararán el mundo para poder apearse.

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Me he ido.

Lo sé.

En 2015, año de cambios (todos lo son), debo decidir algo importante. Emplearé mi moneda francesa de 1 € y elegiré entre mapa y árbol. Si lo hiciera optando entre anverso y reverso nunca sabría cuál es cuál.

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Aquí, en España, en 1987, Radio Futura describió la necesidad de buscar alguna luz.

Pongamos la cosa clara
Busquemos alguna luz
Lo echamos a cara o cruz
O lo hacemos por la cara



Creo que en los pasillos del Congreso han escuchado una copia pirata de “La canción de Juan Perro”.


lunes, 17 de junio de 2013

Revueltas y tradiciones

Estando en Florencia comprobé que algunas de las señales de tráfico eran diferentes de las habituales en España.


Foto: Ana

Foto: Lourdes

Foto: Lourdes

Realmente no tengo muy claro el significado de cada una por separado, pero entiendo, perfectamente, lo que suponen vistas en conjunto.

¿Alguien me ayuda a encontrar una explicación? Puedes hacerlo, dejando un comentario.

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Conocer el deporte tradicional de la ciudad, el calcio storico fiorentino, no hace más que aumentar mi desasosiego.

jueves, 24 de enero de 2013

Por Amor a la Música: Frankie Goes To Hollywood — “Welcome to the pleasuredome” (1984)


La provocación es la forma menos transformadora de plantear una revolución.



En 1984 se publicó este doble LP que marcó un hito en la música de baile de los años ‘80s y que supuso, por la estrategia de marketing con que se promocionó, su ascenso meteórico a la fama. Alcanzaron el #1 en listas UK con sus tres primeros singles. Nadie, desde Gerry & The Pacemakers, lo había logrado nunca.

El grupo tomó su nombre, Frankie Goes To Hollywood (en adelante, FGTH), de un titular, aparecido en la revista The New Yorker, que hacía referencia a un póster del artista belga Guy Peellaert, cuyas obras podéis ver en esta página.

"Frankie goes to Hollywood"

Tenían su base en Liverpool, de donde eran los que, tras los cambios iniciales, siempre aburridos de relatar, se convirtieron en el quinteto definitivo: Holly Johnson (voz), Paul Rutherford (teclados), Peter Gill (batería), Mark O’Toole (bajo) y Brian Nash (guitarra). Y, después de rodarse en actuaciones y de haber participado en una de las famosas sesiones de John Peel, en la BBC, ficharon por el nuevo sello, ZTT, de Trevor Horn (que había fundado The Buggles, participado en Art of Noise, sustituido a Jon Anderson en Yes, y, desde entonces, se volcaría definitivamente en la producción, llegando a ser conocido como “El hombre que inventó los ochenta”).

Así que, con la producción de Horn y el diseño de la campaña de marketing realizado por el cofundador de ZTT, Paul Morley, centraron su estrategia en la provocación, en tres temas especialmente sensibles (el sexo, la política y la religión). [El tipo de temas que me gusta tratar en esta página (si se hubieran metido en economía, habríamos completado el lote; demostraron no ser tan transgresores como ellos mismos creían)].

Su primer single fue “Relax”. El vídeo original (censurado en UK, como, también, la canción), fue dirigido por Bernard Rose y muestra al cantante, Holly Johnson, en actitud provocadora, al acudir a un club de ambiente, donde los asistentes entienden (en la terminología de la época), vestido de traje y corbata (¿a quién se le ocurre?), en una sesión dominada por la imaginería gay y BDSM, en la que participan chicos musculados vestidos de cuero y látex, una drag-queen rubia y un obeso envuelto en una toga, simulando ser un Emperador romano. Un tigre anda suelto y la actitud de Holly parece ser la de buscar pelea. Extraña forma de relajarse. Para los escrupulosos, adjunto la segunda versión del vídeo, más tradicional (con el grupo simulando participar en una actuación) y dirigido por Godley & Creme.

Relax (Rose)

Relax (G&C)

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Esta pareja de afamados músicos (que habían estado en 10cc y que tendrían relativo éxito como pareja artística) montaron una máquina de dirigir videoclips. Duran Duran, The Police, Herbie Hancock, Sting se aprovecharon de su pericia. Tras la nueva versión de “Relax” (aceptable para la censura), dirigieron el vídeo del segundo single, “Two tribes”. Un combate de wrestling se ha organizado. En él participan Ronald Reagan (Presidente de USA en aquel momento) y Konstantin Chernenko (sucesor de Yuri Andropov, que acababa de fallecer, como Secretario General del Partido Comunista y Presidente del Soviet Supremo de la URSS). Realmente no son ellos (no hacía falta explicarlo), sino unos dobles, en un momento histórico, como mostraba “Spitting image” de forma cotidiana, en que la burla era una conducta permitida. En la primera parte del vídeo se manipulan grabaciones de Richard Nixon, Yasser Arafat y John F. Kennedy para potenciar el tono satírico del vídeo, que, de forma previsible, concluye con una catástrofe que se muestra como moraleja. Debe recordarse que eran los años en los que la Guerra Fría estuvo más próxima a calentarse.

Two tribes

El single iba acompañado, en la cara B, por “War”, el tema que, compuesto por Norman Whitfield y Barrett Strong, que, en la versión de Edwin Starr, llegaría al #1 USA, aprovechando las protestas pidiendo la retirada del Ejército americano en su intervención en la guerra de Vietnam. Había sido grabada previamente por The Temptations, pero Berry Gordy no se atrevió a editarla como sencillo y Starr (en una versión interpretada con rabia) obtuvo el mérito que se correspondía con su talento. Bruce Springsteen también quiso hacer su propia lectura.

War

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El tercero de los singles llegaría también a lo más alto de las listas británicas. Es “The power of love”. Publicado en noviembre, el vídeo (dirigido de nuevo por G&C) aprovecharía la imaginería cristiana, reproduciendo la historia de la Natividad de Jesús. La portada del disco incluía una reproducción de “La Asunción de la Virgen”, de Tiziano (se encuentra en la Basílica De Santa María Gloriosa dei Frari, en Venecia). Vídeo y portada harían suponer, de forma equívoca, que se trataba de una canción navideña. Desde entonces, se programa, repetidamente, en las recopilaciones de Christmas y, por tratarse de una sensiblera balada, evocando “el poder del amor”, se utiliza en numerosos enlaces matrimoniales y en repelentes vídeos de carácter motivacional.

Tiziano: "La Asunción de la Virgen" (1518)

The power of love

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El cuarto, y último, single, fue una vuelta al sonido que hizo memorables a FGTH —después de su impasse tranquilo—, con la canción que daba título al álbum. Un tema presentado en múltiples formatos y cortes, de distinto grosor —en mixes y re-mixes de diferente longitud— constituye una progresión libre en la que la banda suena de fábula y sirve, al abrir boca en la primera cara del vinilo, como el anzuelo que invita a una escucha incesante y repetida. El texto está inspirado por el poema “Kubla Khan”, de Samuel Taylor Coleridge, soñado por él, bajo la influencia del opio, tras haber leído la biografía del Gran Khan, el emperador mongol.

Welcome to the pleasure dome





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 Otros temas completan el disco, entre los que destacan tres versiones: Ferry (Go) (Gerry & The Pacemakers), Born to run (Bruce Springsteen) y San Jose (The way) (Dionne Warwick).

Y una de mis favoritas, Black night white light, con una vibrante línea de bajo.

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Estructura del disco:

F — Pray Frankie Pray

A1 – Well...
A3 – Snatch of fury (Stay)


G — Say Frankie Say


T — Sty Frankie Sty

C1 – Ferry (Go)
C2 – Born to run
C5 – Including the ballad of 32

H – Play Frankie Play

D5 – Bang


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La portada, en blanco, enmarcaba un dibujo de Lawrence Cole (firma con el seudónimo LoCole) en el que el quinteto se muestra con el torso desnudo (en una alusión explícita al leitmotiv del primer single), incluyendo una pareidolia, en la que parece posible intuir el pene de Holly Johnson, en el centro de la imagen. En la contraportada, una orgía animal (con las partes pudendas castamente tapadas por hojas de parra) podría servir como aceptación de la propuesta de Pupilo Dilatado, en el juego Por Amor a la Música.


Por si fuera poco, otro dibujo de LoCole aparecía en el desplegable interior y apaga las posibles dudas sobre la ubicación exacta de la “cúpula del amor”.


Más explícito no se puede ser.

En todo caso, la intención provocativa con que, en ZTT (Trevor Horn y Paul Morley), plantearon el acceso triunfal a la fama de FGTH se apagó con la misma rapidez de un cohete comprado en el chino de tu barrio. Desaprovechar las expectativas que fueron capaces de generar con una campaña de marketing masivo (apoyada en una música excitante e intemporal) y utilizar como todo arsenal una pose pueril, reducida a decir “caca, culo, pedo, pis”, resulta profundamente decepcionante y estéril. Exactamente igual que tratar de llamar la atención, enseñando las tetas o gritando de forma ordinaria; a la postre, el intento de alborotar (una vez superado el escándalo) se desvanece en el olvido, sin haber procurado ningún cambio. Y, tanto esfuerzo, para alcanzar un resultado tan efímero, produce verdadera lástima.

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El motivo que planteaba Pupilo Dilatado en esta etapa del juego era “Sexo explícito” y —con las salvedades que yo establezco en mi propio blog—, espero haberme ajustado al requerimiento.

La fenomenal música incluida en este disco merecía la pena el intento.


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Añadido (25/01/2013):

Aldo, de Algo más que rock and roll, me avisa de la existencia de un vídeo alternativo de “Relax”, que cuenta con imágenes de la película de 1984, “Body double” (Doble cuerpo), dirigida por Brian de Palma y protagonizada por Craig Wasson y una jovencísima Melanie Griffith, antes de que ésta me fascinara por completo en “Something wild” (Algo salvaje), dirigida en 1986 por Jonathan Demme, con Jeff Daniels, arrastrado por Griffith a una sucesión de aventuras y a su reencuentro con el pasado y un perturbador Ray Liotta.

En el vídeo se perciben las gotas de sudor (y de sufrimiento) de Wasson, mucho más que por llevar un jersey de rombos, tan populares aquellos años.


Relax (De Palma)


lunes, 16 de julio de 2012

lunes, 30 de mayo de 2011

Resolución de problemas

¿Qué hacer, cómo comportarse cuando uno se encuentra ante un problema, frente a una situación percibida como negativa, desagradable o amenazante? Antes que nada: calma y sosiego. Es necesario realizar un mínimo análisis que nos ayude a determinar el comportamiento más inteligente para resolver de manera provechosa la dificultad planteada. Se apunta inicialmente que la respuesta deberá atender necesariamente a dos factores diferentes: posibilidad de modificar las condiciones planteadas y ubicación del factor desencadenante de la situación.

  1. Posibilidad de modificar las condiciones planteadas

Las condiciones deberán situarse en una de dos posibilidades: o son modificables, o son inalterables. Más adelante deberá determinarse si las dificultades para producir su modificación son mayores o no, pero en este momento, lo realmente interesante es comprobar si pueden ser modificadas.

  1. Ubicación

Deberemos analizar dónde percibimos que se encuentra la raíz del problema o, mejor todavía, la posibilidad de su solución. Hablaríamos así de la ubicación del locus de control que, de manera genérica, sin precisar demasiado ahora, entenderemos como externo o interno a mí mismo. Nos moveríamos entre dos posibilidades: el causante de la situación –el agente que puede producir el cambio– soy yo, o es ajeno a mi persona.

Estaremos entonces ante un cuadro de dos entradas que representamos a continuación:



Ubicación


INTERNA
EXTERNA
Cambios
MODIFICABLE



INALTERABLE





Trataremos de analizar individualmente cada uno de los cuatro cuadrantes.



  1. Ubicación interna, situación modificable

Las condiciones pueden ser modificadas y el responsable de los cambios soy yo. “Nunca encuentro las llaves de casa”. Mi iniciativa deberá llevarme a desarrollar nuevas estrategias para generar cambios que produzcan los resultados apetecidos. “Busco un lugar para dejar las llaves, en la entrada de la casa, y me acostumbro a hacerlo nada más pasar la puerta”.

Resulta, en principio, la situación más favorable de todas: las condiciones pueden ser modificadas y el responsable de que los cambios se produzcan soy yo. Dicho y hecho: me aplico a la faena. En lugar de quejarme de una situación que yo mismo puedo cambiar, empleo toda mi iniciativa en producir los cambios que hagan que perciba la nueva situación como positiva, agradable y tranquilizadora. Eso me hará más feliz y ocuparé mi iniciativa, mi inteligencia y mi tiempo en actividades más provechosas que en quejarme de lo que yo mismo soy responsable de cambiar.

  1. Ubicación externa, situación modificable

En ocasiones, las condiciones pueden ser modificadas, pero no depende de mí mismo. Resulta tremendamente frustrante comprobar cómo, determinadas situaciones que podían y debían ser cambiadas, no lo son, por la inacción del responsable de que los cambios se produzcan. En este caso, si entendemos que la mejoría alcanzada justifica los esfuerzos a emplear, deberemos provocar que los cambios se produzcan, independientemente de si contamos con la aquiescencia o no de ese responsable último. Se plantearían dos escenarios diferentes:

    1. Con acuerdo del responsable externo. Hablaríamos de una revolución: tratamos de ser capaces de que alguien externo a nosotros, una persona que contaba con autoridad y responsabilidad –poder– en un ámbito en el que nosotros somos carentes, realice unos cambios favorables a nuestros intereses.

    1. Sin acuerdo del responsable externo. Nos encontraríamos frente a una rebelión: negamos la inacción del responsable para realizar los cambios y actuamos por nuestra cuenta, modificando las condiciones para alcanzar o favorecer nuestros propios intereses.

No seré yo quien recomiende a nadie que se embarque en la búsqueda de cambios revolucionarios, ni mucho menos quien anime a otros a la rebelión, pero si, en determinadas circunstancias, las condiciones que una persona define como un problema –se perciben de forma negativa, desagradable o amenazante– interfieren gravemente en su desempeño cotidiano y dificultan notablemente la consecución de su felicidad personal, deberá plantearse a sí mismo si debe procurar que los cambios en otros se produzcan o directamente rebelarse porque éstos no se producen.

  1. Ubicación interna, situación inalterable

Yo soy el causante del problema o el responsable de su solución, pero, por determinadas circunstancias, percibo que no puedo producir ese cambio, ¿qué deberé hacer? Es una situación normal, se repite frecuentemente en nuestras vidas: entiendo que hago algo de forma inadecuada, pero creo que no puedo cambiar. ¿Es eso siempre cierto?

Recomendación personal: profundizar más. Detenerse en reflexionar. Analizar con detenimiento la situación. En ocasiones somos especialmente severos con los demás y excesivamente benévolos en nuestro propio juicio. Pedimos a los demás que cambien, pero nos aferramos a nuestra propia identidad para justificar la imposibilidad de ajustar nuestra conducta, moldear nuestro comportamiento, desarrollar nuevos hábitos adecuados a nuestra realidad y necesidad personal, siempre cambiantes.

Si las cosas cambian cada vez con mayor rapidez, por qué no he yo de esforzarme en cambiar, buscando mi adaptación a las nuevas circunstancias. ¿Por qué no trato, por lo menos, de intentarlo?

Una vez profundizado en el análisis encontraré:

    1. El cambio es posible. Se habrá producido en mí una evolución. Sigo manteniendo mi identidad personal, pero he evolucionado para adaptarme a la situación. He buscado en mi interior la posibilidad de ajustarme a las condiciones presentes y ese cambio ha provocado que la situación deje de percibirse como negativa, desagradable o amenazante. Dejo, por tanto, de encontrarme frente a un problema. He provocado en mí un cambio que me ha hecho avanzar en mi desarrollo personal y me ha ayudado en mi búsqueda personal de la felicidad. ¡Bien!

    1. El cambio es imposible. He analizado la situación con detenimiento, he buscado en mi interior, pero no he encontrado la posibilidad de provocar que el cambio se produzca. ¿Qué hacer? Redefinición. No soy capaz de cambiar algo que está en mi interior (en mi comportamiento, en mi carácter, en mi conducta, en mi forma de actuar). Entiendo que me supone un problema en mi desempeño cotidiano, en mi búsqueda de la felicidad. Establezco que no soy capaz de cambiarlo. Afirmo que no puedo conseguirlo. Si todo es así, si de verdad es así, asumo que es “superior a mis fuerzas”. Estaré concluyendo entonces que es externo a mí.

Se establece como corolario, en este momento, que no existen problemas interiores que sean inalterables (en un caso el cambio sí es posible y se produce una evolución; en el otro, el cambio es imposible y se procede a una redefinición de la situación: se situaría entonces en el cuarto cuadrante, que se analiza a continuación).

  1. Ubicación externa, situación inalterable

El problema es externo a mí. La solución no depende de mí. ¿Qué hacer? He trabajado con detenimiento analizando las condiciones, profundizando en mi interior, pero he encontrado que no hay nada que, ni yo ni nadie, pueda hacer para cambiar las cosas.

Una innovadora aportación metodológica se apunta aquí: el conformismo útil. Cuando no depende de ti, ni hay nadie de quien dependa para que las cosas cambien, aprende a conformarte: te resultará útil.

Y, en cualquier caso, realiza pequeños cambios, si puedes, que te hagan relativamente más feliz. Si estás en casa y se pone a llover copiosamente, disfruta del placer de contemplar la lluvia cayendo, pero si vas a salir, mi recomendación es que cojas un paraguas.



Ubicación


INTERNA
EXTERNA
Cambios
MODIFICABLE
Iniciativa
con: Revolución
sin: Rebelión
INALTERABLE
posible: Evolución
Conformismo útil
imposible: Redefinición


Esa incierta edad [el libro]

A veces tengo la sensación de que llevo toda la vida escribiendo este libro. Por fin está terminado. Edita Libros Indie . Con ilustracio...