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martes, 11 de junio de 2024

Macon, Georgia vs. Clarksdale, Mississippi (City WARS) (50 Estados USA)

[Edición 354]

El Profundo Sur cobra protagonismo como destino en la presente edición de City WARS®.

Macon, el corazón de Georgia, desarrollada en torno a la industria del algodón, convertida en centro de peregrinación para los admiradores de la floración del cerezo.

Clarksdale, un pueblo que no llega a los quince mil habitantes, presenció el cercano pacto entre Robert Johnson y el diablo, para que aquél fuera capaz de tocar la guitarra con maestría. Es el lugar en el que se inició el blues del delta del Mississippi.

Todo puede ocurrir.

*****

Programa: Noche tras noche (RPA)

Fecha de emisión: 10 de Junio de 2024

Música: Jackie Brenston, Ike Turner, Little Richard, Sam Cooke, Otis Redding.

Con Marcos Vega, Manu Espiña, Yolanda Vázquez y Gabi Fernández

A la sombra del cerezo, el diablo firmó su pacto

martes, 24 de enero de 2023

Macon, GA vs San Jose, CA (City WARS)

[Edición 295]

Nueva edición de City WARS® y otro enfrentamiento entre ciudades interiores, de Estados costeros.

Por un lado, defendiendo a la Costa Este y procedente de Georgia, Macon, “el corazón de Georgia”, donde se ubica la primera Universidad USA que permitió la titulación de mujeres.

Y en la otra esquina, representando a la Costa Oeste, la tercera ciudad más poblada de California, “la Capital de Silicon Valley”.

Cerezas frente a silicio; Macon vs San Jose.

Todo puede ocurrir.

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Programa: Noche tras noche (RPA)

Fecha de emisión: 23 de Enero de 2023

Música: Little Richard, The Doobie Brothers, Jeffrey Foskett IV, Trigger Hippy.

Con Marcos Vega, Yolanda Vázquez, Manu Espiña y Juanjo Lorenzo.

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domingo, 21 de marzo de 2021

Cerezos en flor en Macon

Hoy, domingo 21 de marzo, no me llames que no voy a estar en casa.

Estaré todo el día disfrutando del Festival Internacional del Cerezo en Flor de Macon, Georgia.

Mira qué panorama:

Los más de 300.000 cerezos de la variedad Yoshino hacen que Macon sea considerada la “capital mundial del cerezo”.

Ya sé que hay otros sitios donde, ahora mismo, la floración de los cerezos hace que luzcan magníficos, pero la 39ª edición presenta alicientes que no puedo imaginar en ningún otro sitio.

El evento: toda la ciudad volcada con sus visitantes.

Pero, por encima de todo, Macon es cuna de músicos de leyenda.

No se me ocurre un mejor motivo para viajar.

Me voy al corazón de Georgia, como se la conoce su ubicación en el centro del Estado.

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Little Richard
Lucille

Little Richard (1958)

*****

Richard Wayne Penniman, apodado Little por su endeblez cuando era crío, y El arquitecto del rock & roll por su monumental talento e influencia, fue toda su vida un inconformista, genio y figura hasta su muerte el 9 de mayo de 2020.

Desde su fichaje por el sello Specialty y su debut en 1955 con “Tutti Frutti” (cuando debió emplear la onomatopeya más famosa del rock, A-wop-bop-a-loo-mop-a-lop-bam-boom!, para sustituir la parte más gruesa de su texto original, donde animaba a convertir el Tres en Uno en el aceite de los mil y un usos) se caracterizó por su dinámica interpretación y sus alaridos en falsete.

Sin que me atreva a aventurar una explicación, tocaba el piano de pie.

En 1957 se fue de gira a Australia y, en un vuelo entre Melbourne y Sydney, afirmó haber visto los motores del avión en llamas y mantenerse en el aire suspendido por unos ángeles lo que hizo que, de vuelta en USA, decidiera cambiar de hábitos. Ingresó en un centro de Alabama para estudiar teología y se retiró de la música secular, durante cinco años.

Fue siempre un espectáculo. No le importaba estar en un programa infantil cantando a Rosita.

Su huella es imborrable.

*****

Claudine ClarkParty Lights

Party Lights (1962)

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El género de las Girl Group tuvo éxito en el cambio de década.

Una versión femenina del Doo-Wop, por decirlo de manera breve.

Canciones rítmicas sin demasiadas pretensiones, interpretadas por grupos o solistas, blancas o negras. Nuestra nativa de Macon, Claudine Clark, tuvo un único éxito, pero interpretaba una canción escrita por ella. Como muchas de la época menciona algunas rutinas de baile, en concreto tres de las más populares entonces: el twist, el watusi, el mashed potatoes.

El vídeo muestra una simpática selección de escenas de baile escogidas con criterio.

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Otis ReddingTry A Little Tenderness

Complete & Unbelievable: The Otis Redding Dictionary of Soul (1966)

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Nació en Dawson, pero con dos años se mudó a Macon. En realidad nunca recordó mucho de aquel pueblo que tenía en 1941 unos 4.000 habitantes, aproximadamente los mismos que ahora.

El mismo número; no los mismos, ya me entiendes.

The Big O admiraba a Little Richard; no era idiota.

Le gustaba la música y tenía talento.

Acompañó a Johnny Jenkins a una prueba que su grupo tenía en el sello STAX, en Memphis.

Condujo la furgoneta, acarreó los bártulos y, según se cuenta, cuando la prueba no iba demasiado bien y el dueño del sello, Jim Stewart, preguntó si no tenían más material, Otis se animó con una canción que él mismo había escrito, These Arms of Mine.

Es el inicio de una historia que detallé un día, por un triste motivo.

*****

La canción en que me detengo hoy es un verdadero clásico. Ya tenía tiempo, porque fue compuesta en 1932, pero Otis, como hacía cuando versionaba canciones ajenas, se apropió de ella; la transformó. Su celebrado crescendo, que se convertía en una orgía rítmica cuando la interpretaba sobre un escenario, volvía locos a quienes la presenciaban. No importa que fuera el día antes de su muerte, en un estudio de TV, acompañado por la banda con la que giraba entonces, The Bar-Kays, cuatro de cuyos componentes morirían en el accidente de aviación que le costó la vida a Otis.

O en el festival Internacional de Monterey, que le hizo ser el verdadero triunfador del certamen. Le acompañaban los cuatro miembros de The MG’s: Booker T. Jones, Steve Cropper, Donald ‘Duck’ Dunn y Al Jackson jr, más la sección de vientos conocida como The Mar-Keys y formada por Wayne Jackson, Abdrew Love y Floyd Newman.

Artillería pesada.

En la película “Pretty in Pink”, un jovencísimo Jon Cryer (tenía 21 años entonces, pero le faltaba tiempo para convertirse en el hermano de Charlie Sheen en “Dos hombres y medio”) se transmuta en Otis y ejecuta una coreografía espléndida con el objetivo de epatar a Molly Ringwald, en una escena inolvidable.


No te arrepentirás

Algunas chicas no lo olvidan

Su felicidad depende del amor

Es bien sencillo

Todo lo que tienes que hacer es intentar

Emplear un poco de ternura

Eso es lo que tienes que hacer

Abrázale y dile que la quieres

*****


Howard TateAin't Nobody Home

Get It While You Can (1967)

*****

Se mudó con su familia a Philadelphia donde empezó a cantar en un conjunto góspel. Luego formó The Gainors, con Garnet Mimms que, un poco después lideraría The Enchanters. Mimms le presentó a Jerry Ragovoy, un productor que le ayudó en su época en Verve, la más exitosa.

 

Érase una vez, hace mucho tiempo

A cualquier lugar que me llevaras, yo te seguiría

 

Me hiciste pasar un montón de penurias

Y ahora estás parada en mi puerta

Diciéndome lo mucho que me necesitas

 

No hay nadie en casa

***** 


Randy CrawfordOne Day I'll Fly Away

Now We May Begin (1980)

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Nunca tuvo demasiado éxito en su país, pese a que en Europa (en especial en UK) tiene bastante prestigio.

Su mayor éxito procede de su 4º LP; una canción que fue #1 en Bélgica y Holanda, #2 en Irlanda y UK, pero que no entró en listas en USA.

Una balada tranquila, recuperada tras su inclusión en “Moulin Rouge”, en una versión interpretada por Nicole Kidman.

***** 


Trigger HippyPretty Mess

Trigger Hippy (2014)

*****

Grupo formado por Steve Gorman, batería de The Black Crowes. Han sacado dos discos: el primero era espléndido. Contaba con Jackie Greene & Joan Osborne. Eso es una completa garantía. Da gusto escucharles cantar esta versión, a pelo, sin llegar a ser a cappella.

Cinco años después Gorman se empeñó en mantener vivo el grupo y sacaron un 2º LP. Los vocalistas son ahora Ed Jurdi & Amber Woodhouse. Está bien, pero no es lo mismo.

Cuando empezó la Batalla de los Estados® sabía que dejaría de visitar ciudades.

Pero cuando Georgia quedó eliminada, ¡ante Wyoming!, no quise resignarme a no volver.

 *****

De nuevo en Georgia, en Macon, bajo cerezos en flor

 

lunes, 11 de mayo de 2020

Little Richard — I Don't Know What You've Got, But It's Got Me

Little Richard
I Don't Know What You've Got, But It's Got Me
[single] (1965)
Macon, Georgia (USA)

*****

Un músico esencial falleció el sábado 9 de mayo de 2020.
Se llamaba Richard Wayne Penniman, pero en seguida fue conocido como Ricardito.
Empezó cantando góspel, la iglesia fue su escuela.
En 1955, animado por Lloyd Price, mandó una demo al sello donde grababa Price, Specialty. Art Rupe le ficharía.
Y así empezó una carrera de éxitos y Little Richard se convirtió en “el arquitecto del Rock & Roll”, una figura influyente entre los más grandes de un estilo que despertaba gracias a él.

Elvis Presley, Buddy Holly, Jerry Lee Lewis, Chuck Berry tenían una deuda.

La sucesión de hits es increíble: “Tutti Frutti”, “Long Tall Sally”, “Slippin' And Slidin'”, “Rip It Up”, “Ready Teddy”, “Lucille”, “Jenny Jenny”, “Good Golly, Miss Molly”.

En 1958 tuvo una revelación estando de gira en Australia y, al llegar a USA se retiró (a estudiar teología).

Volvería a actuar en 1962. En 1964 ficha por Vee-Jay y cuenta en su banda con Jimi Hendrix y Billy Preston. Al año siguiente graba un sencillo, escrito por Don Covay, que es una muestra de su versatilidad; una de las canciones más emocionantes de southern soul.

*****

A veces me siento tan solo que me arrastro fuera
A veces me pongo a gemir, cariño
No sé qué es, pero me parece que vivo a tu voluntad
A veces mi mejor amigo viene a verme al trabajo
Y me mira y dice, “Richard, ¿no sabes lo que está pasando?”
Y miro a mi amigo porque soy inocente

No sé lo que tienes, pero me tienes a mí
Lloro a veces, porque sé que me tienes
Te di todo el dinero que tenía en el banco
Ni una sola vez me diste las gracias
No sé lo que tienes y a veces me haces llorar
A veces siento que voy a morir
No sé lo que tienes, pero me tienes a mí




R.I.P. It Up

miércoles, 17 de diciembre de 2014

Gueropa es Aifilgú

Ahora resulta que el género se llama biopic.
Una película biográfica de toda la vida.
Puede que el protagonista sea un músico.
Quizá el género debería conocerse como biomusicalpic.
Demasiado complicado.

*****

¿Cómo afrontar la semblanza biográfica de un músico?

1.    Intentar dejar satisfechos a sus seguidores, introduciendo los elementos esenciales de su música (canciones o actuaciones emblemáticas).

2.    Buscar un público más amplio y alimentar la película con anécdotas pintorescas que resulten más atrayentes para una mayoría morbosa.

En realidad, ambos enfoques pueden ser contrarios.
Estar interesado en la obra de un artista no requiere saber de sus hitos personales, sus contradicciones o debilidades.
Querer escuchar cantar (y ver bailar) a un tipo, no significa que quieras conocer sus trapos sucios.
O puedes interesarte por sus vicios privados (y traerte al fresco sus virtudes públicas).

*****

Acabo de ver la película basada en la vida y obra de James Brown, el músico más influyente de la música popular. Un extraordinario talento, lleno de determinación y confianza en sí mismo, capaz de forjar, con tesón y esfuerzo, el edificio sonoro más sólido y duradero de la historia.


Para ser justo, la película recoge todas las canciones y los momentos que un fan de JB quería encontrar. Para el productor, Mick Jagger, todo ello no resultaba suficiente. Tuvo que encargarle al director, Tate Taylor, que deconstruyera su vida, atendiendo a los epítetos por los que fue conocido:

Mr. Please, Please, Please
Mr. Dynamite
The Hardest Working Man in Show Business
Soul Brother #1
Minister of New New Super Heavy Funk
The Godfather of Soul

Y alterar el orden para juntar algunos de sus peores momentos en un anticlímax situado en su detención en 1988, donde recuerda (trastornado por sus excesos) su dura infancia, su empeño, su ambición, su trabajo, la deserción de algunos de sus amigos, los fracasos con sus muchas mujeres. Donde, en una metáfora sonrojante, el JB que baja de la furgoneta es el niño al que su padre azotaba y su madre abandonó.

El colofón de la historia es su redención personal, consistente en recuperar la confianza en su amigo de siempre: Bobby Byrd.

*****

Son tantas las cosas que pasan, que se pierden detalles. Mirando en los créditos veo que aparecía Sam Cooke, sin que yo me percatara.

Conocía a todos los secundarios —Ben Bart, Syd Nathan, Maceo Parker, Ralph Bass, Little Richard, Yvonne Fair, Vicki Anderson, Pee Wee Ellis, Nafloyd Scott, Bobby Bennett, Lloyd Stallworth— pero todo se perfilaba de un modo tan impreciso que era incapaz de seguir la trama. Imagino lo que podría pasarle a algún novato en música negra.

Al no programarse las canciones en orden cronológico, pues la película avanza sin rumbo fijo, la evolución de su poderoso estilo no queda bien trazado, aunque se apuntan los pasos sucesivos (Gospel, Rhythm & Blues, Soul, Funk, Proto Hip-Hop) y se exponen las claves más relevantes, aunque puedan quedar escondidas (interpelaciones, reiteración de riffs, percusión rítmica, groove, funk como progresión, rutinas escénicas, pasos de baile, coreografías, etc.).

Se admite que tratar de explicar, lo que debe sentirse, resulta una imposibilidad manifiesta.

*****

Todo tiene arreglo: la música se puede rastrear mejor en los programas que, a modo de guía introductoria, le han dedicado dos maestros: Diego A. Manrique (El amplificador) y Luis Lapuente (Sonideros).

Y los conciertos notables (y sus cameos más célebres) se encuentran fácilmente en YouTube.

The TAMI show (1964)
Sky party (1965)
Paris (1967)
Boston Garden (1968)
Playboy after dark (1969)
The Mike Douglas show (1969)
Black Caesar (1973)
Zaire (1974)
Soul Brother Number 1 (1978)
The Blues Brothers (1980)
Doctor Detroit (1983)
Rocky IV (1985)
CNN interview (1988)
When we were kings(1996)
Blues Brothers 2000 (1998)
The house of blues (1999)
Soul survivor (2003)

O una recopilación de sus apariciones en el mítico programa Soul Train.

*****

En fin: una película que dejará indiferentes a sus admiradores (me incluyo), pero que no aportará ni un nuevo seguidor a su legión de ahijados.

*****

Un descubrimiento final: Una de las primeras vocalistas que acompañaron a JB, Yvonne Fair, está interpretada por la espectacular Tika Sumpter.

*****


PD — La película se titula “Get On Up”. Es la réplica que le da Byrd en una canción que supuso un nuevo avance en su trayectoria. Tras la marcha de la segunda formación de acompañamiento, JB incorpora al bajista Bootsy Collins y una nueva banda. En 1970 graban la que, para muchos, es la cima artística de JB: “Get Up (I Feel Like Being a) Sex Machine”. Es evidente lo que siente JB: es una máquina imparable. En el sexo, en los negocios, en su compromiso con la comunidad negra, en la interpretación de la música como un ritmo infernal, en el que aprovecha todas las influencias que ha ido absorbiendo. Una de las primeras, el diálogo típico del góspel que JB lleva a efecto con su MC, Byrd, es primitivo y tribal:

— JB: “Get Up” (Arriba: se entiende “gueropa”).
— Byrd: “Get On Up” (Levántate: “gerón ap”).
— JB: “Gueropa”.
— Byrd: “Gerón ap”.
— JB: “Gueropa”.
— Byrd: “Gerón ap”.
— JB: “Gueropa”.
— Byrd: “Gerón ap”.
— JB: “Gueropa”.
— Byrd: “Gerón ap”.

No hubo nadie en Roma, el 24 de abril de 1971, que no supiera de qué iba la cosa.

Metes a toda esa gente en una furgoneta, les das combustible suficiente y, mientras viajan a toda caña tocando música como posesos, pasan al lado de un pavo que está pasando la escoba en el local.

Gueropa.



En España, por mor de las traducciones, nos cambiaron el título para rebautizarla como “I Feel Good”. Hace referencia a “I Got You (I Feel Good)”, interpretada con Maceo Parker, Jimmy Nolen, St. Clair Pinckney o Bernard Odum en la formación.

La inspiración para que Robin Williams se pusiera a bailar en “Good morning Vietnam”.

Aifilgú.



Ya lo sé: este repaso duró mucho más que los 139 minutos programados en la película.
Pero seguro que has encontrado motivos para tu satisfacción  personal.


jueves, 30 de enero de 2014

50 años para un cambio


PREFACIO

Antes de que me despiste y olvide de qué quería hablar, estoy escuchando a Sam Cooke, explicando la (proximidad) necesidad de un cambio.


Sam Cooke: A change is gonna come


CONTEXTO HISTÓRICO

La TV todavía emitía en blanco y negro. Visto hoy, en este mundo lleno de colorines y saciado por la aceptación conformista, da la sensación de que todo era gris.

Quizá, por eso mismo, algunos se empeñaban en mostrar su descontento.

En USA, lo negro era más negro (y algo de lo blanco, más blanco). Se imponía la segregación, y la participación en guerras extranjeras que alimentaran la enorme industria bélica, extendiendo un modo de vida que, en los ‘50s, había llevado prosperidad (a algunos; a los de siempre). Un sistema que era envidiado en una parte del mundo, odiado en otra y empezaba a ser detestado en casa (al descubrirse su desigualdad intrínseca).

Una causa justa hacía que los pequeños (negros, jóvenes, desencantados; en muchos casos, todo ello al mismo tiempo) se unieran en una lucha contra los poderosos. Creían que un cambio era necesario. Les parecía que la música era una forma para transmitir un mensaje, que ellos veían como nuevo y revolucionario.

PRÓLOGO

Un joven, de flequillo rebelde, se armó con una guitarra y una armónica. Quiso mostrar que sus ideas y su autonomía le permitirían cantar en cualquier lugar, sin importar su rasgada voz y su desaliño. O mejor aún: convirtiendo ambos en una seña que marcara su identidad y su autenticidad.

Simplemente se hacía preguntas y miraba hacia otro lado, silbando que la respuesta estaba en el viento.

Bob Dylan: Blowin’ in the wind


No eran preguntas simples. Había que tener mucho valor para hacerlas.

“Cuántas veces deben volar las balas de cañón,
antes de ser prohibidas para siempre.

Cuántas muertes serán necesarias,
antes de que se dé cuenta,
que ha muerto demasiada gente”.

PRESENTACIÓN

Hoy se cumplen cincuenta años del día en que Sam Cooke se metió en un estudio de grabación. Era el 30 de enero de 1964.

Resulta complicado establecer las motivaciones para realizar algo, lo que mueve a un creador (un escritor, un pintor, un compositor) a hacer su trabajo. Esa investigación tiene siempre mucho de especulativa. En el caso presente se han aceptado algunas:

— La muerte de su hijo de año y medio en la piscina de casa.
— En mitad de una triunfal gira, en un motel de Shreveport, Louisiana, se niegan a alojarle (y a su grupo de acompañantes). Sólo una explicación: su raza.
— Escuchar a Bob Dylan.
— El asesinato de JFK en Dallas, el 22 de noviembre de 1963.

Pero no las tenía todas consigo. Su discográfica dudaba del riesgo que entrañaba que un artista negro obtuviera tanta notoriedad.

CARRERA

Sam había empezado con el grupo gospel The Soul Stirrers, grabando para el sello californiano Specialty, propiedad de Art Rupe, un tipo extravagante que, siendo blanco y residente en el este, inició un periplo (por pura diversión, como el que narraría Jack Kerouak) que le llevó a la otra costa. Allí se establecería en Los Ángeles y, en lugar de dedicarse al cine, enganchado a la música por los tugurios que frecuentó en su viaje iniciático, fundó uno de los más importantes sellos de lo que entonces se llamaba race music (música racial), consistente en rhythm & blues, gospel, blues y un seminal rock & roll (su máximo reconocimiento vino gracias a tener en plantilla a Little Richard).

Pero Rupe no se atrevió a promocionar el cambio de estilo de Sam, temeroso de la reacción de los integristas del gospel (una música de inspiración religiosa). Era una leyenda, como voz solista de uno de los grupos más aclamados en las iglesias baptistas y metodistas. Así que, tras permitirle probar con un apodo gaseoso, Dale Cook, le concedió la libertad para fichar por Keen, sello en el que cortaba el bacalao un compinche suyo, Robert ‘Bumps’ Blackwell. Junto al protagonista del día, otro hombre destaca en el catálogo: el fantástico bluesman Johnny ‘Guitar’ Watson.

Así que, en la cima de un éxito que había alcanzado desde su debut, logrando llegar al #1 en listas con su celebrado You send me, poseedor de una trayectoria artística que excede las posibilidades del presente artículo —lo esencial de ella se recoge en un recopilatorio editado en 1986 como doble LP y, años más tarde, como CD sencillo: el imprescindible The man and his music—, al cambiar de escudería e incorporarse a una de las grandes, RCA Victor (revelando una copia, en negativo, de lo que antes había ocurrido con Elvis Presley), el afán de ser contestatario se queda aparcado, en forma del bosquejo que había plasmado en su cuaderno, hasta hace hoy 50 años, cuando entró en el estudio.

Una canción que aparecería escondida en un LP, “Ain’t that god news”, pero no se publicaría como single en vida del cantante.

GRABACIÓN

El perfil definitivo de la canción queda en manos del arreglista habitual de Sam, René Hall, responsable del acompañamiento orquestal, los violines y la trompa, muy del gusto, también, de los productores: el dúo italo-americano Hugo & Luigi.

LETRA

He incluido un vídeo que incluye subtítulos. Conocedor de la errática política de Google, prefiero transcribirlos y dejarlos aquí, ligeramente adaptados, temeroso de una misteriosa desaparición.

“Nací en la orilla de un río,
en una pequeña tienda de campaña
y, al igual que ese río,
he estado corriendo desde entonces.
Ha sido un largo trecho,
pero sé que un cambio va a llegar.
Así será.

Ha sido muy duro vivirlo,
pero tengo miedo de morir.
No sé lo que habrá ahí arriba,
detrás del cielo.
Ha sido un largo camino,
pero sé que un cambio llegará.
Así va a ser.

Voy al cine, al centro de la ciudad.
Alguien me dice que deje de vagabundear.
Ha sido un largo recorrido,
pero un cambio llegará.
Seguro.

Entonces, veré a mi hermano y le diré:
‘hermano, ayúdame, por favor’.
Pero él, simplemente, me golpea,
dejándome caer de rodillas.
En algunos momentos pensaba
que yo no podría vivir mucho más,
pero ahora creo que podré sobrevivir.

Ha sido un largo viaje,
pero el cambio llegará.
Así será”.

MUERTE

El 11 de diciembre de 1964, con 33 años, Sam Cooke murió en el Hacienda Motel, en el 9137 de South Figueroa Street, en Los Ángeles, California. Un altercado con una chica que había llevado a su habitación, fue resuelto taxativamente por Bertha Franklin, la gerente, que, tras un forcejeo, le disparó en el pecho. Sam, en su último aliento, exclamó antes de fallecer: “Lady, you shot me”.

Más allá de las conjeturas que afirmaban que se trataba de un complot (una conspiración, en terminología actual), lo cierto es que a un cantante exitoso, apuesto, de gira, agotado por los excesos, le rondan multitud de groupies. Parece plausible que, en aquellos años, una chica quisiera jugar al juego de “sí, pero no”. Y que un excitado triunfador no fuera la persona con la que resultase más sencillo pactar un repliegue.

En un motel aislado, en una oscura noche, un tipo negro, airado, semidesnudo, probablemente ebrio, debe ser alguien con una capacidad para atemorizar que, yo mismo, puedo imaginar.

En todo caso, su muerte (más allá de las elucubraciones que se fantaseen), supuso un mazazo para la comunidad negra. A los demás, aunque fuésemos recién nacidos, se nos hurtó la posibilidad de disfrutar de un genio, en plenitud de facultades, justo cuando empezaba a madurar y a ofrecer rasgos de una obra que, con todo, es imperecedera.

PUBLICACIÓN

“La pela es la pela”.

La reacción ante la muerte de Sam barrió todas las dudas acerca del compromiso político. El que se elevó a los altares de la gloria terrenal, tuvo un epitafio en la publicación de la canción, como single, sólo 11 días después de su deceso.

Fue un éxito (relativo) de ventas. Su verdadera valoración llegaría con los años, cuando se le fueron descubriendo matices, en una canción que no envejece, porque expresa un deseo de libertad eterno.

La revista Rolling Stone, en su famoso listado de las 500 mejores canciones de todos los tiempos, la escogió en un destacado número 12.

LEGADO

El que había dejado de cantar a Dios, para dedicarse a cantar a las mujeres, decidió mutar sus intereses e implicarse más en la defensa de sus semejantes. Pasaba a la acción (política y social).

La canción quedó como un himno para el Movimiento de Derechos Civiles.

ABKCO, editora propietaria de los derechos de la canción, planteó muchas dificultades para la inclusión de la misma en películas. A pesar de que ocupaba un lugar destacado en Malcolm X, dirigida por Spike Lee en 1992, no pudo ser incluida en la banda sonora original.

James Taylor interpretó la canción en un episodio de The West Wing, al que daba título.

Y, mucha más gente se atrevió con ella. Es uno de los mejores ejemplos que conozco de la veracidad de la afirmación: “not the singer, but the song”.

50 VERSIONES


DOCUMENTACIÓN

The Sam Cooke Story. Un documental en dos partes. (Parte I / Parte II)

CONCLUSIONES

Han pasado cincuenta años. Ya no somos ingenuos. Ya no somos como éramos entonces.

Eso ha supuesto un cambio. Pero no es el que nadie esperaba.

Quizá deban pasar 50 (o 500) años más para conseguirlo.

FUENTES CONSULTADAS


P.D.

A estas alturas, el brebaje que James Cagney ayudó a llevar al otro lado del muro, superando dificultades mientras negociaba al ritmo de las walkirias, ha decidido batirse en retirada.
No por sus problemas económicos. Es una decisión estratégica. Para poder mantener abierto el Instituto Coca-Cola de la Felicidad.

Asumo que el tío Sam, el que señalaba con el dedo, sólo quería vender Coke.
A cualquier precio.

La otra O...

Mejor no dejo escrito lo que simboliza esa otra O.

EPÍLOGO

(...continuará)

Añadido el 22/02/2014:



Añadido el 29/03/2014:


Pese a que la versión de Bob Dylan ya estaba en la lista de las 50 elegidas (como una forma de cerrar un círculo), mi amigo Joserra Rodrigo compartió una versión, de mejor calidad, con una emocionante introducción, que adjunto.

La lista sigue abierta...



Esa incierta edad [el libro]

A veces tengo la sensación de que llevo toda la vida escribiendo este libro. Por fin está terminado. Edita Libros Indie . Con ilustracio...